jueves, 30 de junio de 2011

Me desvirgó el esposo de mi profesora

Las monjas de San Antonio

Las monjas de San Antonio (Zoofilia)

Las monjas descubren la zoofilia.

Las monjas de San Antonio
Este es una fantasí­a que me gustarí­a cumplir, me gustarí­a
disfrazarme de monja y junto con Carlos disfrazado de sacerdote hacerla realidad
Esta historia, producto de mi mente, comienza una mañana de
verano en El convento de San Antonio, las monjitas Sor Marí­a y Sor Teresa
colaboraban con la limpieza del convento al llegar cerca de la habitación de la
madre superiora un murmullo llamó su atención, se acercaron en silencio y
contemplaron algo que las dejo perplejas, la madre superiora se encontraba de
rodillas con el habito arremangado hasta la cintura siendo penetrada analmente
por el peón del establo , un joven de unos 25 años, la madre superiora una mujer
de 55 años , de contextura robusta, contestaba con fuertes empellones los
embates del joven, sus nalgas rollizas, se moví­an al compás de un ritmo
frenético, mientras jadeaba y balbuceaba palabras obscenas, inimaginables en la
boca de una religiosa.
Sor Marí­a, se frotaba la vagina por sobre el habito y sor
Teresa, más audaz, pegaba sus pechos a la espalda de Sor Marí­a, la lengua de Sor
Teresa, recorrí­a el cuello de Sor Marí­a, que miraba absorta el momento en que el
peón del establo se descargaba en el ano de la madre superiora, por miedo a ser
descubiertas, se alejaban del lugar en busca de un lugar mas alejado, para
saciar sus instintos sexuales, en vista que el peón estaba tan ocupado, el
establo seria el mejor lugar.
Se recostaron en el heno y comenzaron a besarse
apasionadamente, las manos de sor Marí­a se abrí­an paso en la vagina de Sor
Teresa, cuando un rebuzno, llamo su atención, y contemplaron a un burro,
pastando tranquilamente, una idea libidinosa pasó por la mente de las religiosas

Se hacercaron al burro y comenzaron a acariciarlo, su largo
miembro, comezo a alargarse, y sor Marí­a no resistió la tentación de tenerlo en
su boca.

Chupo y chupo hasta que una fuerte descarga inundo su boca,
sor Teresa, la beso en la boca y su lengua saboreo su saliva mezclada con el
semen del burro.

Sor Teresa se saco sus hábitos y abrió su vagina, para que el
burro la hiciera su hembra
El miembro del animal la penetró profundamente arrancándole
un grito de dolor, el burro empezó a bombear y la monja empezó a gozar y a
gritar como poseí­da, hasta que chorros de semen brotaban de su vagina.
Sor Marí­a esperaba su turno, para gozar y lo hizo hasta el
borde de la locura, habí­an descubierto la zoofilia y nunca la abandonarí­an.

Se despidieron con un beso de lengua de su amante animal y
salieron sonrientes en busca de la luz del sol.
Las monjas de San Antonio Parte 2
Luego que las libidinosas monjas hubieran disfrutado del pene
del burro, sus apetitos sexuales se acrecentaron, por las noches, se sucedí­an
las escenas de lesbianismo y zoofilia, cierto dí­a unos monjes, que marchaban en
peregrinación, pidieron asilo en el convento y las monjitas, se propusieron
terminar con la castidad de esos monjes.


Tres de los monjes, uno de ellos de raza negra se encontraban
en la sacristí­a orando, escucharon ruidos extraños y se acercaron sigilosamente
y vieron como las dos monjitas en un rincón se besaban apasionadamente, los
monjes lejos de ruborizarse por la situación, se acercaron a las monjas y de
entre sus hábitos asomaron sus poderosos penes, Sor Marí­a, tomo entre sus labios
ese maravilloso y grueso pene de color negro y lo introdujo en su boca, sor
Teresa hizo lo propio con el pene del segundo sacerdote, mientras que el tercer
sacerdote hundí­a su cabeza entre el habito de Sor Teresa, en busca de su vagina
a la que lamió y lamió en señal de sumisión hasta arrancarle un estrepitoso
orgasmo
Sor Marí­a fue penetrada analmente por el poderoso pene del
negro que la follaba despiadadamente.
Los otros monjes penetraron doblemente arrancándole espasmos
de placer.
Cuando los monjes se hubieron vaciado en el interior de las
monjas uno de ellos, fue al corral en busca de un macho cabrí­o, animal que
muchas culturas asocian con la encarnación del diablo en las misas negras, las
monjas miraron al animal con la fantasí­a de ser penetradas por el mismo demonio,
en ese momento hubieran entregado su alma por el goce tan prohibido, las monjas
fueron penetradas analmente por tal imponente animal, recibieron su semen en su
interior y lo bebieron en señal de pecado, los monjes que no podí­an mas de la
excitación eyacularon sobre los rostros angelicales de las lascivas monjas.

Dí­as después los monjes prosiguieron su camino y las
adorables monjas habí­an sumado un animal mas a su vida zoofilica y la firme
convicción que por sus vaginas pasarí­an todos los machos, de todas las especies.

Mis mejores vacaciones

Todo comenzó en el lugar donde la mayoría de nuestras fantasías iban encaminadas. Una playa semidesierta, en un caluroso mes de agosto. El sitio perfecto para poder dar rienda suelta a esas pequeñas cosas que guardamos en nuestro interior. Somos una pareja casada de mediana edad, me llamo Ángel y tengo 39 años al igual que mi mujer, Luz. Todo esto sucedió el verano pasado cuando se nos ocurrió abandonar las concurridas playas de Almería y Málaga por unas más tranquilas en las aguas de Huelva. El paraje era maravilloso, paz y tranquilidad por todos lados.El entorno se podría describir como único para el descanso y el relax. Con pocos accesos a la línea de costa, estas playas guardan un encanto especial, ya que, si andas unos minutos por la orilla, estarás completamente solo, sin nadie a tu alrededor que te moleste y eso hoy en día es difícil de conseguir.Descubierto este paraíso veraniego, nos decidimos a explotarlo a tope, desde el primer momento, haciendo cosas que por tradición familiar no estábamos acostumbrados. Aprovechando nuestra soledad y ese clima tan especial de sol, arena y mar, empecé por desinhibirme de todo lo que no fuéramos nosotros. Una vez instalada la sombrilla y todos los utensilios playeros ya en su sitio, me desnudé, ante la atenta mirada de mi esposa, ya que ella sabe mi gusto por el desnudo, pero en sitios apartados como este, y ante esa situación tan erótica para mí, mi pene empezó a crecer sin disimulo y todo ello sin bañador que disimulara mi incipiente erección.Ella es más conservadora y raramente se desprende de alguna prenda del bikini, pero viendo la situación, accedió a practicar top lees, lo que propició que mi erección fuera total, ya que ver sus pechos desnudos en la playa es para mi un potente afrodisíaco.Una vez en situación, y como la temperatura corporal nuestra ya andaba elevada, nos pusimos protector solar mutuamente. Aquel contacto con la piel de mi mujer, su espalda, su cuello, sus pechos, sus piernas, me hacían enloquecer. No paraba de mirarla con una lujuria contenida, está tan rica y apetecible, y encima allí semidesnuda para mí. Después le tocó a Luz acariciarme con el protector, su tacto en mí, era electricidad pura, y ella lo sabía, pues lo hacía de una manera tan sensual, deteniéndose en los puntos más sensibles de mi cuerpo, haciéndome gozar y yo deseando que nunca se acabara.Una vez bien untados de crema, nos relajamos en nuestras toallas, juntos de la mano, notando como el sol nos tostaba y sólo con el sonido del mar de fondo.Transcurrido un tiempo, le invité a bañarnos, para refrescarnos y, entre juego y juego, poder acariciarle esos pechos que me estaban volviendo loco, los cuales no podía dejar de mirar de reojo, jugar con sus nalgas, y explorar con mis manos ese sexo tan guardado en la braga de su bikini, el cual estaba loco por quitar, ya que quería ver por completo su desnudez. Ella accedió a mis caricias, ya que también se encontraba algo caliente por la visión constante de mi polla, por lo que fue un baño muy sugerente.Cuando íbamos a salir del agua, descubrimos para nuestra sorpresa, que nuestra soledad en ese paraíso se había esfumado, ya que una pareja, había decidido hacer lo que nosotros antes, buscar intimidad, pero a una distancia prudencial. Al salir del agua, Luz se coloca la braguita del bikini y decidimos dar un paseo por la orilla en dirección contraria de donde se encuentran nuestros vecinos. Aunque me repita, la visión del cuerpo mojado de mi mujer recién salido del agua, con esos pezones duros, y esos pechos tan redonditos, es que me vuelven loco.Al rato regresamos a nuestra sombrilla, miramos a nuestros vecinos y no los veíamos por ningún lado, los buscamos con la mirada en el agua, y cual es nuestra sorpresa que los encontramos muy juntitos, abrazados, besándose y con un movimiento tan rítmico, que a buen entendedor pocas palabras. Estaban disfrutando de un buen polvo en el agua. Era la gota que colmaba el vaso, caliente como íbamos los dos, y la imagen de esa pareja follando en el agua, nos puso como motos. Era la hora de marcharnos, pero no pudimos contener las ganas de ver como eran físicamente nuestros vecinos, así que esperamos a que salieran del agua. La espera dio sus frutos, ya que era una pareja más o menos de nuestra edad y, según Luz, el hombre estaba buenísimo ya que es del estilo de hombre que le gusta, moreno, alto y con buena presencia. Le pregunté si le gustaba su polla, ya que iban desnudos, a lo que me contestó que le encantaba. Por mi parte puedo decir que la chica tampoco desmerecía, estatura media, unos pechos generosos y un coñito de los que a mí me gusta, depiladito. Al llegar al hotel sobraron las palabras. Con una mirada cómplice estaba todo dicho. Nos desnudamos mutuamente, y llenando la bañera con abundante jabón, nos introducimos en ella, para abandonarnos en el placer del erotismo contenido por ambos. Fue una experiencia alucinante, recorríamos todos y cada uno de nuestros poros con tal dulzura y cariño, que el grado de excitación alcanzado rozaba lo inhumano, inexplicable con palabras.Una vez terminado el ritual erótico nos abandonamos al placer del cuerpo en nuestra cama, tal y como a Luz le gusta fui masajeando sus hombros, a la par que mis labios le rozaban su precioso cuello. Ya notaba como ella se iba abandonando a mis caricias, su cuerpo era una mezcolanza de flojera y rigidez propias de la excitación del momento. Bajé por su espalda húmeda, muy despacio, hasta llegar a sus torneadas nalgas, que son parada obligatoria, masajeándolas como si la vida me fuera en ello. Luz se retorcía de placer ante tanta sensualidad y me imploraba más, quería más, la notaba tan excitada. Suavemente le di la vuelta, apareciendo ante mí su mejor tesoro. Tiene un sexo tan lindo, no termina de estar depilado, pero esa hilera de vello, tan sugerente, te indica el camino al placer.Poco a poco y con extrema dulzura, mi lengua recorría cada milímetro del aquel sexo deseoso de sensaciones. ?Sigue, más, más! escuchaba, a lo que obedecía sin rechistar. Cuando empecé a sentir su elixir, mis dedos inundaron aquella cueva con suaves rotaciones. No era normal lo que allí sucedía. Era una explosión de placer, y ver como aquel precioso cuerpo se retorcía, me excitaba aún más si cabía. Mi polla dura como una roca suplicaba consuelo, y llegó, ?vaya que si llegó!, en primer lugar de la mano de Luz, que con suaves movimientos me hacía perder la razón. Pero de difícil explicación es lo que pude sentir cuando sus labios en primer lugar, y su boca después, acogió mi virilidad. Su lengua cálida relamía mi glande, y poco a poco notaba como se introducía en aquel bendito orificio, sintiendo a la vez su calidez y aquel movimiento giratorio que ejercía con su mano.Ahora el que suplicaba era yo, y Luz, sabedora de que no duraría mucho en aquella situación tan placentera, me liberó. Lo que a continuación ocurrió fue una batalla sin cuartel. Se tumbó delante de mí, ofreciéndome su espalda, y sin más dilación, mi polla se introdujo muy suavemente en su lubricado coño, sintiendo ambos un escalofrío espectacular. Mis manos recorrían y amasaban sus pechos, mientras ella se apretaba contra mí para introducirse más y más mi erecto pene en su interior.Ohhh, que maravilla, que forma más placentera de poseer a la persona que quieres, entregarle todo de uno y recibir lo mismo a cambio. ?Qué compenetración, qué ritmos tan frenéticos, y conforme hacemos el amor, más salvajes se vuelven nuestros cuerpos, que se hacen independientes sin contar para nada con la razón! El sexo se erige en protagonista. Nuestros cuerpos comienzan a sudar presa de la excitación y en esos momentos culminantes, se me viene a la cabeza la experiencia vivida en la playa. - Luz-, le susurro al oído, ?qué te ha parecido lo visto en la playa?- Te refieres a esa pareja haciendo el amor en el agua, me contesta. Sí mi cielo. Me ha puesto a cien, ya te lo dije. ?Te imaginas mañana que vuelvan a ir?, le insinúo. Pues sería fantástico responde, podríamos imitarlos y follar como ellos. Escuchar eso de su boca, le costó caro, ya que empecé a penetrarla de forma incontrolada, mi polla entraba y salía de su coño a una velocidad de vértigo. Acto seguido y para dar riendas sueltas a la imaginación, le insinué la posibilidad de poder ?estar? con ellos, juntos los cuatro en el mar. Ella en ese momento paró, pero noté en sus ojos un brillo malicioso que suplicaba para que aquello sucediese. Fantaseamos mientras follábamos lo que podíamos hacer con ellos y llegamos a un orgasmo bestial, sin poner trabas a nuestro placer.Al día siguiente, después de un buen desayuno en el hotel, nos dirigimos a ?nuestra? playa a aprovechar el último día de vacaciones y con la esperanza de volver a ver a nuestra pareja vecina. Después de cumplir con el ritual de todos los días, fueron pasando las horas entre paseos, baños y escarceos amorosos. Al mediodía llegaron ellos, tan morenos y sensuales. Se volvieron a colocar cerca de nosotros y claro, Luz y yo nos miramos picaramente a sabiendas de lo que habíamos fantaseado la noche anterior.Y ocurrió de la forma más sencilla posible, se nos acercaron para entablar conversación, ya que no eran de la zona y querían conocer lugares de interés para visitar. Así comenzamos a charlar de muchos temas, pero yo me fijaba en Luz. Estaba muy cortada porque Ricardo, que es como se llama nuestro vecino, le miraba de vez en cuando los pechos desnudos, y ella, ya lo dije antes , es reacia a practicar toples, por lo que en esos momentos no se sentía cómoda, pero a mí, el grado de excitación se me notaba y se hacía evidente dada mi desnudez y si a eso se le suma la visión de Judith, compañera de Ricardo, tan morena y con esa figura, junto a las miradas furtivas que yo notaba por parte de ella a mi pene, era tremenda la excitación del momento.Pasamos el resto del día juntos, entre charlas, miradas pícaras y baños con toqueteos. Nos dio Ricardo la dirección del apartamento que habían alquilado para que pasáramos a la noche a cenar y tomar una copa , cosa que aceptamos y quedamos a eso de las 22, una vez duchados y relajados del día de playa.Ya se pueden imaginar el tema de conversión de Luz conmigo durante el trayecto al hotel y dentro del mismo. ?Qué podría pasar? Estábamos tan excitados ante una posibilidad nueva en nuestra relación. ?Seríamos capaces de hacer realidad una de nuestras fantasías sexuales? Por si la cosa funcionaba nos arreglamos para la ocasión. Ropa cómoda por fuera y muy sensual por dentro. Yo me puse unos boxes que ha Luz le encantan, ya que realza mi pene y ella se colocó un conjunto de encaje rosa que quitaba el hipo, con ese tanga dejando al descubierto sus nalgas torneadas. Nos estábamos pensando salir o rematar la faena allí los dos, pero decidimos dar el paso y nos encaminamos al apartamento de Ricardo y Judith. No tardamos mucho en llegar pues no se encontraba muy distanciado del hotel. Toqué la puerta con un inusitado nerviosismo, y nos abrió Ricardo, el cual, se disculpó por la ausencia de Judith, la que habían llamado urgentemente de Barcelona y tuvo que salir en el primer avión desde Sevilla. Pero es de recibo felicitarlo por lo buen anfitrión que fue. Después de una buena cena, nos dirigimos al salón del apartamento, donde nos sirvió unas refrescantes bebidas. Continuamos con la charla de por la tarde, como nos iba, el trabajo, y esas cosas, hasta que el alcohol de nuestros cubatas empezó a hacernos efecto y ha desinhibirnos. Nos comentó que llevaba dos años con Judith, y su vida sexual era muy satisfactoria. Luz me miraba algo cortada ya que nunca habíamos hablado de nuestra vida sexual con nadie.La conversación iba tomando unos derroteros muy prometedores, hablábamos sobre nuestras fantasías, lo que les vimos hacer el primer día en la playa, que nos había puesto muy cachondos, y que tanto Luz como yo habíamos fantaseado pensando en ellos.Así estaba la situación cuando Ricardo de forma sutil, se colocó a la derecha de Luz, dejándola en el medio de los dos. Poco a poco y como el que no quiere la cosa, empezó un ritual erótico a base de roces estudiados, palabras puestas en su sitio, hasta que llegó el momento esperado, donde se jugó el todo por el todo, el instante en el que ese paso definitivo se convierte en trascendental. Con exquisita delicadeza fue acariciando los muslos de Luz, subiendo desde sus rodillas, notando como ella se abría instintivamente presa de la excitación del momento. Un escalofrío va recorriendo su espalda, presa de una situación totalmente nueva. Con recelo me dirige una mirada aprobatoria, algo que le indique que estoy de acuerdo, y aceptando la situación, nos decidimos a sacarle el máximo rendimiento de la misma.Ese nerviosismo inicial se va transformando en deseo, ya que como anuncié anteriormente, Ricardo es un tipo de buen ver y muy resultón para las mujeres, y claro, la mía no iba a ser una excepción. Con maestría, eso es innegable, Ricardo va desnudando entre caricias y besos a la desarmada Luz, cuyas defensas iniciciales estaban a esta altura totalmente destruidas.Con mucha lentitud, la camisa de Luz se va deslizando por sus hombros, quedando estos al desnudo, cosa que aprovecha Ricardo para besarlos con dulzura. Después de la camisa, cae el sujetador tan sexy que llevaba puesto, dejando sus pechos desafiando a la ley de la gravedad, pero por poco tiempo, ya que las manos de Ricardo se encargaron de masajearlos, notando la calidez de estos. Luz estaba indescriptible, era la primera vez que unas manos y unos labios distintos a los míos le recorrían su cuerpo, y yo, por mi parte estaba lanzado, mi polla quería saltar del bóxer, la visión de Luz dejándose arrastrar me estaba volviendo loco, y esto era sólo el principio.Sin pensárselo mas, Luz se giró hacia él y fue desabrochando el pantalón de Ricardo, bajando la cremallera despacio, notando como su bulto crecía con desesperación, hasta que llegó el momento culmen. Su polla vio la luz de la noche y fue hecha prisionera por las manos de mi mujer. Era la primera vez que Luz tenía entre sus manos una polla que no fuera la mía, y pude ver en su cara un gesto de permiso hacía mí, como buscando mi complicidad para lo que iba a hacer, cosa que por supuesto le dí.Sin más preámbulos se introdujo su miembro excitado en su boca, primero chupando despacio y luego con un ritmo frenético. La polla de Ricardo estaba siendo comida con un frenesí fuera de lo común. Mientras todo eso ocurría, me desnudé completamente, acercándome a ellos y mientras Luz le practicaba una felación de órdago a Ricardo, con su otra mano empezó a masajearme la polla, con un suave movimiento elevándome a un estado que sólo se puede vivir para expresar lo que se siente.Esto era ya imparable. La lujuria había invadido la habitación. El sexo se respiraba a raudales. Ahora fui yo el agraciado con una buena mamada. Luz se tragaba mi polla con ansia, como si en ello le fuera la vida. Me tenía al borde del orgasmo. Notaba como su lengua recorría cada centímetro de mi pene, mientras Ricardo, acariciando los pechos de Luz, se iba deslizando hacia su coño, rozándolo con sus labios, para después pasar su lengua por el clítoris hinchado, haciéndola estremecer de placer.Sin poder resistir aquella situación, tan excitado como estaba, me separé de ellos y le pedí a Ricardo que me dejara expedito el coño de Luz, necesitaba penetrarla, hacerla mía, tener ese sexo tan caliente envolviéndome el pene, así que le pedí a Luz que se colocara a cuatro patas. Ella obedeció sin objeción. Le coloqué la punta de la polla en la entrada de su cueva, restregándosela como a ella le gusta, y, de pontro y sin previo aviso, de un sólo golpe de cadera, se la introdujo completamente en su húmeda rajita.En esa situación estábamos, follándome yo a Luz por detrás, cuando Ricardo se coloca delante de ella, ofreciéndole su dura polla, la cual es devorada al instante por una irreconocible Luz. Quería ser poseída, devorada, estaba fuera de control. La entrega de su cuerpo al placer era total. Follada por mí y con otra polla en la boca, una de sus fantasías hecha realidad, pero necesitaba más, quería más y por ello se aplica con perfección en cada gesto amoroso que realizaba.Nos tenía a los dos fuera de sí, cuando decidimos cambiar de posición. Ricardo se sentó en el sofá y Luz, suavemente, fue introduciéndose la gorda y dura polla de él en su interior, viendo yo como iba desapareciendo poco a poco en su coño, a la vez que ella se acariciaba el clítoris. Que visión, temía explotar, aquello nos estaba elevando a una cota de placer que nunca habíamos alcanzado. Desesperada me suplica que le diera mi polla, lo cual acepté de inmediato, notando como me la iba comiendo, acompasando el ritmo de la mamada al de la follada a la que era sometida por parte de Ricardo. Los tres estamos unidos en un movimiento frenético.Al borde de la explosión del placer, nos pidió que la folláramos los dos a la vez. Necesitaba nuestras pollas en su interior, quería sentir lo que tantas veces vio en las pelis porno que veíamos en casa antes de hacer el amor. Nos acomodamos de tal forma que yo me tumbé, Luz me cabalgó literalmente introduciéndose mi polla en su ya derretido coñito y se reclinó hacia adelante, para dejar paso a que Ricardo le pudiera enchufar la polla en su culito. Al principio nos costó un poco acompasarnos, sobre todo porque el culito de Luz no estaba preparado para acoger tal miembro, pero pronto nos acoplamos en un baile frenético, donde nuestras pollas entraban y salían de aquel cuerpo deseoso de placer.Ella gemía, gritaba, se estremecía de gusto y yo estaba en una situación idéntica. Notaba la polla de Ricardo rozando la mía, ambas en el interior de Luz, acompasándonos en un mete y saca tan engrasado, que era pura música celestial. Ese roce, junto la calidez del coñito de Luz, me producía tal sensación que no pude aguantar más, exploté, sentí mi cuerpo estremecerse, notando una corriente que me corrió toda la columna vertebral, hasta dejarme en un estado de relajación indescriptible. A su vez Luz al verme en semejante estado, empezó a convulsionarse y estalló en un orgasmo sin igual. Sus fluidos inundaban mi entrepierna, notando en la expresión de su rostro el placer tan tremendo que había experimentado. Ricardo no iba a ser menos, en un último empuje notó cómo le venía, y sacando su polla del culito, le pidió a Luz que se volviera y se la meneara, cosa que hizo, corriéndose y expandiendo su semen por todo el pecho de una Luz que se encontraba exhausta y exultante a la vez.Después de permanecer un rato tumbados y abrazados en la cama, nos pegamos una buena ducha, comentando lo bien que lo habíamos pasado, con la salvedad expresada por él de que Judith no pudo estar presente. Nos marchamos al hotel, no sin antes dejarnos nuestros teléfonos y con la firme intención de repetir la inolvidable experiencia, pero esta vez los cuatro, cosa que ya os relataré si ocurre y esperemos que sí.

Isla Margarita (III)

Isla Margarita (III) (Confesiones)

Isla Margarita (III)…

Abdón se sentó junto a su esposa sobándose él pené, haciendo
muecas y gesticulaciones grotescas se veí­a seriamente excitado, jamás habí­a
visto algo semejante, respiraba fuertemente como si fuera un animal, solo
faltaba que sacara la lengua para recordarme a nuestro perro, veí­a a Sofia Con
la mirada muy torva, se jalaba el miembro y se detení­a cuando parecí­a eyacular,
con la otra mano tomaba su copa dando frecuentes y grandes sorbos, esta
completamente fuera de si, Maru lo veí­a entre apenada y excitada besándole las
orejas y el cuello, Roberto salió por mas hielo al pasillo, Sofí­a hablaba con
Adriana desde su posición en la cama cosas que no recuerdo (seguí­amos sentados
en la alfombra), me sentí­ nuevamente tenso ya que Abdón me tenia muy nervioso
por su actitud por demás Elocuente, aunque no lo veí­a directamente ya que mi
atención estaba con Sofí­a y mi esposa, notaba que se seguí­a masturbando mientras
hablaba con su esposa.
Pero yo tomaba las cosas más naturales habí­amos
traspasado una frontera, ya no me molestaba la presencia de mi mujer ante los
desfiguros de Abdón, deseaba ya irme y estar con ella en nuestra habitación para
hacerle el amor en señal de solidaridad, dormir hasta tarde y aprovechar nuestro
dia libre, veí­a a Adriana diferente, era la misma pero la sentí­a mas mujer, la
deseaba, verla ahí­ sentada en una amena charla con Sofí­a, con su vestido negro,
con su postura elegante, reí­a y conversaba haciendo gestos y ademanes, parecí­a
que los demás no existí­amos, me di cuenta cuanto amo a mi mujer.
Mi vaso estaba vació y necesitaba otro trago, me costaba
trabajo levantarme e ir por otro por no tener que pasar frente a Abdón y su
mujer, pero Sofí­a me pidió de favor les sirviera a ellas así­ es que sin pensarlo
mas, dije compermiso pasando de largo, vi como Maru le sobaba los testí­culos,
les di la espalda y cuando preparaba los tragos sobre el servi-bar, se acerco
Abdón a prepararse los suyos, balbuceo algo que no entendí­ pero parecí­a un
chiste ya que se rió el solo, se seguí­a sobando y no pude evitar verle el
miembro al servir las copas, era muy grande y negro, debo decir grandí­simo, me
causo repugnancia ver como tomaba los pocos hielos con la mano que se masturbaba
y encontrar en el recipiente pequeños pelos pubicos negrí­simos y ensortijados,
se retiro no sin antes mirarme con su eterna cara sonriente y ojos rojí­simos,
vacié los tragos ya que sospechaba que los hielos estaban "contaminados" y salí­
a buscar a Roberto quien se tardaba muchí­simo con el hielo, no lo vi en el
pasillo y me dirigí­ a la recepción, les pregunte por él y me informaron que lo
vieron cruzar la calle ya que buscaba cigarros, solicite un nuevo recipiente,
entonces llego Roberto, con cigarrillos y algo de botana, me pregunto que como
me sentí­a, le dije que ya mas tranquilo, que nos tomábamos "otra vez" la ultima
para retirarnos, asintió con su cara de aspecto noble y paternal, le platique el
detalle de los "pelitos" y se rió de buena gana, me dijo que le daba un poco de
pena con Abdón pero que ya estaba muy "tomado", asentí­ y recogimos el hielo.
En la habitación las cosas no habí­an cambiado mucho, mi
esposa estaba sentada en la cama con Sofí­a en amena charla, colocamos las cosas,
Roberto se dirigió al baño, servi los tragos con buen animo, me sentí­ muy bien,
no estaba ni cansado ni nada, cuando volteo veo algo que no note al entrar ya
que evitaba ver a Abdón, pero que me hizo comprender el porque Roberto se fue
tan rápido al baño.
Abdón estaba totalmente acostado Maru tenia su miembro en la
boca y era ella quien masturbaba a Abdón, le decí­a constantemente " ya papito,
dame tu leche" Maru tenia la blusa abierta y los senos (de muy buen tamaño) le
colgaban y los restregaba en las piernas de su esposo.
Abdón gruñí­a y decí­a
obscenidades, pase sobre de ellos les entregue los tragos a las mujeres, Adriana
me tomo de la mano acercándome cariñosamente, Sofí­a veí­a a Abdón y Maru y los
señalaba con la mano, " estos tí­os si que son temperamentales" dijo Sofí­a al
tiempo que reí­a con Adriana, entonces Abdón eyaculo sobre Maru, entre gritos que
seguramente oyeron en todo el hotel, salió Roberto acercándose a nosotros, nos
miro como disculpándose, le dije " no te preocupes Roberto, ya nada nos asusta"
me senté junto a mi esposa, y mire por primera vez a la pareja de
puertorriqueños, lo mismo hicieron los demás, sin decirnos nada, veí­amos el
show, Adriana me besaba frecuentemente, le daba pequeños sorbos a su copa y
volví­a a mirarlos, Roberto le acariciaba las piernas a su mujer, Maru exprimió
con su boca completamente a Abdón, de pronto se paro y fue al baño, escuchamos
el ruido de la ducha, Abdón seguí­a acostado, parecí­a que no se daba cuenta de
nuestra presencia ya que se quito los pantalones y la camisa dirigiéndose al
baño en calzoncillos, nos quedamos mudos y reí­mos al mismo tiempo, bese a
Adriana con un beso muy apasionado como hacia años no nos dábamos, un beso largo
y cálido, note su respiración agitada, sentí­a su pecho que se agrandaba, nos
dejamos caer sobre la cama sin dejar de besarnos, nos acariciábamos la cara, los
brazos, la espalda, me olvide de todo, estaba muy excitado y lo atribuí­a a esa
rara nueva sensación que me provocaba mi Esposa.

Roberto y Sofí­a se fueron a la otra cama, se besaban y se
acariciaban platicando y riendo, nos veí­an desde su cama, me imagine que también
ya querí­an estar solos, Adriana me jalaba cada vez que me incorporaba, la note
muy excitada ya que me empezó a besar en el cuello y en el pecho, "es hora de
irnos mi amor" le dije al oí­do, pero no me escuchaba, note una erección y me
cubrí­ con Adriana, para no ser visto por los españoles, así­ es que la situación
se tornaba embarazosa, no habí­a notado que Adriana estaba un poco tomada, se
habí­a desinhibido completamente, me abrazo montando una pierna, el vestido se le
subió un poco, su respiración era cada vez mas agitada, me besaba con fuerza, me
lastimaba los labios, se subió completamente arriba de mí­, mire sobre su hombro
ya que sentí­ una sombra, era Abdón que estaba de nueva cuenta sentado en el piso
justo enfrente de nosotros, completamente desnudo recién bañado y se masturbaba
nuevamente viéndonos o viendo a Adriana de espaldas, quien frotaba su cuerpo
lascivamente contra el mí­o, subí­a una pierna y me metí­a su rodilla entre mi
miembro, la falda la tenia bastante levantada y me imagino que Abdón le veí­a las
pantaletas, llego Maru con una toalla en la cabeza y otra cubriéndole el cuerpo,
se incorporo con Abdón, entonces sentí­ una enorme excitación, me excitaba que
Abdón nos mirara, me excitaba, ver a Maru nuevamente succionándole el pené,
Abdón le quito las toallas a Maru, me quede de Una pieza, al ver que Maru
también estaba completamente desnuda, ella se para a acomodar las toallas y note
un cuerpo aunque pequeño muy bien formado, con senos grandes y cintura breve,
Maru se sentó sobre él pené de su marido y vi claramente desde mí­ incomoda
posición (ya me dolí­a un poco el cuello), como se introdujo poco a poco el
enorme instrumento de Abdón, Maru empezó a cabalgar a Abdón con un buen ritmo,
los dos gemí­an y hablaban, Adriana voltio a verlos y se quedo unos instantes
viéndolos para volver a besarme y acariciarme con mayor vehemencia, Sofí­a y
Roberto estaban muy serios viéndonos a las dos parejas, Roberto la abrasaba y le
besaba la nuca, Sofí­a seguí­a moviendo las piernas, de pronto nos dijo a todos "
señores y señoras, momento!!", todos volteamos a verla, Maru bajo el ritmo y
voltio desde su posición, Adriana se incorporo un poco sobre mí­ y Roberto seguí­a
besándole la nuca, "vamos a poner orden" prosiguió, "les propongo un juego
erótico, ya estamos completamente desinhibidos, terminemos la terapia, que les
parece?".
Yo tenia una enorme erección, sin darme cuenta ya qué acariciaba los
senos a mi esposa y ella me tocaba él pené sobre el pantalón, Maru se "desclavo"
y se sentó junto a Abdón acariciando levemente su pené, "eso suena interesante,
todo lo que sea calentura adelante" dijo Maru, " y ustedes?" Nos pregunto, no
contestamos, "okey, el que calla otorga" dijo Sofí­a, "se trata de lo siguiente,
mientras los veí­amos a Roberto y a mi se nos han venido una serie de locuras a
la cabeza, vamos a jugar a "adivina quien?" se la saben? No?, Bueno se trata de
que los chicos se desnudan y se cubren con una sabana como fantasmas a la cual
le hacemos un pequeño corte por el cual introducen su pene, nosotras una a una
nos vendamos los ojos y ponemos las manos en nuestra espalda, ellos se acuestan
en la alfombra (los tres al mismo tiempo) nosotras vamos por turnos a besarles
el miembro a cada uno adivinando cual es el de su respectiva pareja, e
intentando adivinar a quien pertenece los otros dos, al finalizar la que haya
perdido le aplicaremos un castigo, les parece?? Si no dí­ganmelo y no a pasado
nada vale?"
Me quede mudo pero muy excitado, lo analice un poco y me di
cuenta que me excitaba la idea de que me besaran el miembro las tres mujeres,
era solo un juego, ni siquiera nos verí­amos las caras, aunque me preocupaba un
poco el castigo y si perdí­a Adriana?, Entonces cai en cuenta que ella también
besarí­a los miembros de los otros!!, Recordé el enorme, asqueroso y prieto
"fierro" de Abdón, en esas cavilaciones estaba cuando vi a Abdón arrancar una
sabana de la otra cama, hacerle su no tan chico hoyo e introducir su negro pene,
hasta nos modelo al tiempo que brincaba y le colgaba su aparato, la verdad me
dio risa e igual a Roberto quien con mas calma tomaba su sabana, Maru se sobaba
las manos y decí­a "yo primero!!" Sofia buscaba las vendas para los ojos, y
.
.
.
Adriana me entregaba mi sabana!!!.
Me metí­ en mi sabana, me desnude ahí­ dentro, no se veí­a casi
nada el exterior, me recosté e introduje mi tí­mido miembro en el orificio, perdí­
mi erección, me puse nervioso, sentí­ pena ya que mi orgullo de hombre estaba
fallando, me cruzo por la cabeza el hecho de hacer el ridí­culo como si se
trataran de las olimpiadas, "listos??!!" grito Sofí­a "ahí­ va Maru", pensé "para
colmo de males va a empezar esta ninfomaniaca, de seguro va a comentar algo al
ver mi instrumento muerto", escuche chasquidos de besos " este es Juan" dijo
Maru, entonces me di cuenta de mi anonimato y pensé "bueno al que no se le paro
en consecuencia fue Roberto, claro esta tan viejito" suponiendo que por
eliminación y por el tamaño de el de Abdón, de pronto siento su boca en mi
fláccido miembro, sentí­ su lengua entre mis testí­culos "este es Roberto, esta un
poquitico nervioso, pero cuando venga su mujer lo va a reanimar", " y este es de
mi negro, que trancota hummm", sentí­ que mi pené empezaba a reanimarse aunque no
del todo, entonces dijo Sofí­a, "seguimos nosotras, pero no les vamos a decir
quien va primero, así­ es que adivinen ustedes cual boca es, por cierto Adriana
no se trata de un besito, saboréalos bien para que los identifiques, pasa la
lengua e introdúcelo bien", la voz de Sofia me excito, entonces inmediatamente
sentí­ que estaba alguna de las chicas con el que estaba a mi derecha que ahora
sabia era Abdón, "este no es Juan" dijo riendo Adriana, entonces se me revolvió
el estomago, sentí­ algo raro, algo caliente que bajaba de algún lado, sentí­
entre ganas de vomitar, nauseas pero a la vez un calor que me ahogaba, otra vez
chasquidos y un "hay mamita que rico mamas" "silencio!!!", no deben de hablar
los tienen que identificar por el tacto!!" grito Sofia, Mi pené se puso tan duro
que pensé iva a reventar, nunca imagine que el hecho de que mi adorada esposa
hiciera eso me calentara tanto, después me toco a mí­ y para mi sorpresa no me
reconoció " este es el señor Roberto" y "por consiguiente este es Juan" dijo
Adriana al besar el de Roberto".
Después nos cambiamos todos de posición por la
imprudencia de Abdón, "este debe ser Roberto", "este Juan y por supuesto que
este es Abdón!!", se equivoco en todos, ya que él ultimo no era Abdón sino yo,
creo que a oscuras y por el grado de excitación mi pené parecí­a más grande.
Termino el juego y la perdedora fue Sofí­a, "que castigo me
vais a imponer" dijo Sofia, todos ya estábamos descubiertos, aunque yo me tapaba
el cuerpo con la sabana, Abdón se masturbaba discretamente y Roberto se paseaba
despreocupadamente por la habitación completamente desnudo, tenia un buen fí­sico
a pesar de la edad, la única que estaba desnuda de las mujeres era Maru, quien
se preparaba otro trago y me permití­ ver sin disimularlo, " tu castigo va a ser
que te quites toda la ropa y que nos mames la verga a mi y a tu marido al mismo
tiempo, pero esta vez sin mascara y sin sabana" dijo el perverso de Abdón, nos
quedamos de una pieza, Adriana se acerco a abrasarme, como no participábamos me
quede tranquilo aunque con esto se rompí­a el anonimato, Sofia dijo "Roberto,
estas de acuerdo? En lo que a mí­ respecta no hay problema lo hago", Roberto
asintió y dijo "bueno, creo que estamos realizando una de nuestras fantasí­as",
me acomode a ver la función, Adriana me acariciaba libremente él pené, Sofia se
quito la ropa de una manera muy sensual, se despojo de todo, se quedo en
zapatillas, se quito los aretes y camino a una repisa, entonces aprecie su
excelente forma al ir caminado, se contoneaba al caminar, regreso y se hinco
entre los dos y empezó a succionar, primero uno y después el otro, de donde
estábamos no apreciábamos bien ya que nos quedaba las nalgas prietas de Abdón
enfrente nuestro, así­ es que nos acercamos y vimos como Sofia chupaba un miembro
y después el otro, veí­a el contraste del pené blanco de Roberto y el negro
enorme de Abdón, también se acerco Maru se sentó al otro extremo a ver la
escena, tenia las piernas abiertas y pude observar su sexo con bastante vello
oscuro y unos labios vaginales muy rojos quizás producto de la fricción del pené
de su marido, se pasaba los dedos por su raja y se masturbaba lentamente,
entonces vi el sexo de Sofí­a, tenia rasurada la vagina, tenia un poco de vello
arriba en una forma como de corazón, seguí­a mamando alternadamente los miembros,
"que rico mama tu mujer Roberto", "gracias Abdón" decí­a Roberto, que escena tan
candente!!, de pronto siento los labios de Adriana en mi pené, ya no nos importo
que nos vieran, " que se quite la ropa Adriana" grito Maru "es la única vestida
y no es justo", Adriana sonriendo y para mi sorpresa se desnudo, vi su cuerpo
tan blanco y hermoso, más hermoso que las otras dos mujeres, Roberto y Abdón se
le quedaron viendo con mucho morbo, "que cuerpazo señora, que escondido se lo
tenia" dijo Roberto "que culo y que tetas!!" dijo Abdón al tiempo que aceleraba
sus embestidas en la boca de Sofia, esta a su vez tenia los dos miembros llenos
de saliva, ya que continuamente les escupí­a y recogí­a la saliva formando
pequeñas burbujas, Maru se acerco a ellos "me invitan??" dijo al tiempo que
tomaba el instrumento de Roberto, Adriana se arrodillo dándoles la espalda y me
dio el mismo tratamiento, yo estaba semi-acostado ya que no perdí­a detalle de lo
que hací­an las otras parejas, Sofí­a se incorporo y jalo del miembro a Abdón se
acostó en la otra cama y Abdón la penetro, "aghhh, que rica polla tienes" dijo
con voz ronca Sofia, Roberto se acostó a un lado de ellos y Maru se monto sobre
de el, Roberto besaba a Sofí­a mientras la otra pareja prácticamente los
fornicaba, Adriana se incorporo y se sentó en mi duro miembro, cabalgándome como
nunca lo habí­a hecho, la vi en toda plenitud son las luces prendidas, aquí­ no
habí­a pena, me mostraba su hermoso cuerpo formado por tantos años de gimnasio,
Además no solo me lo mostraba, todos la veí­amos, ya que Abdón penetraba a Sofia
pero volteaba a ver a mi mujer, lo cual me excitaba más.
Sofí­a se sentó sobre
Abdón y lo cabalgo rápidamente, entonces tuvo un orgasmo que volvió a despetar a
los huéspedes, todo era gemido, Adriana tuvo un orgasmo y se recargo en mi pecho
a descansar unos segundos, pero siguió moviéndose y besándome, estábamos todos
llenos de sudor, "con cuidadito por favor, sigue adelante, hup!! Espérate.
.
.
otro
poquito ya va entrando" hice a un lado el cabello de mi mujer y vi que Roberto
estaba atrás de su mujer y le introducí­a el pené por el ano!!, al mismo tiempo
que Abdón por la vagina, "espera Abdón detente un poco para que don Roberto se
la pueda meter, chico tú estas loco!!" decí­a Maru quien les ayudaba en la faena,
"aghhh, que rico, no saben como soñaba con esto, tener dos trancas al mismo
tiempo, aghhh, no se detengan, vamos mi amor metemela toda, tu Abdón agarra el
ritmo, uno entra otro sale, despacio no hay prisa, aghhh que rico cabrones no se
detengan!!, Decí­a una irreconocible señora que besaba a uno volteaba y besaba a
otro, le limpiaba el sudor de la frente a Abdón, maru se acerco a nosotros y
ayudo a Adriana empujándole las nalgas para que la penetrara mejor, le empezó a
besar las nalgas y sentí­ su lengua entre mis testí­culos que sensación tan
placentera, la vagina de Adriana, la lengua de maru, la escena de los otros
tres, en donde la señora gritaba obscenidades y al vez los incitaba a mas, no
distinguí­a lo que les decí­a pero cada que les hablaba mas se moví­an, veí­a a
Roberto con su cara roja, como queriendo ayacular, pero notaba que aguntaba
porque se detení­a un momento y seguí­a penetrando a su mujer por esa ví­a, en la
cual nunca me hubiera atrevido a Pedí­rselo a Adriana, "hayy! Juan que rico
siento,Aghhhh" decí­a entre otro orgasmo, maru se repartí­a entre el trí­o y
nosotros, se asomaba en un sexo y venia a ver el de nosotros, besaba por igual
miembros que vaginas, en una de esas se acerco y me beso en la boca olí­a a puro
sexo, tenia su cara embarrada del sabor de todos, eso me excito mas, Adriana la
alejo un poco ya que al parecer no le agrado que me besara pero la alejo hacia
nuestros sexos, le besaba las nalgas y notaba que Adriana se excitaba, acaricie
las nalgas de mi mujer y me tope con la lengua de Maru que le introducí­a la
lengua en el ano, entonces dijo "Don Roberto, porque no viene y le da el mismo
tratamiento a Adriana, ya la "afloje un poquito", me quede un poco tenso hasta
ahora no me habí­a pasado por la cabeza que nosotros participáramos con ellos, me
gustaba verlos pero no estaba seguro "Adriana inténtalo es delicioso, té presto
a Roberto, solo relájate y que Juan se pare poquito, ponte un poco de crema, es
mejor que te lo haga Roberto ya que su miembro es el mas delgado", Roberto se
desprendió de su mujer acariciándose el miembro como para endurecerlo un poco
mas, ni Adriana ni yo hicimos nada para detenerlo, la mire a los ojos y no me
sostuvo la mirada, dude un poco ya que no sabia si lo aprobaba o no, no querí­a
volver al principio, Maru le untaba crema en el ano y le poní­a un poco a
Roberto,le pregunte "estas dispuesta?", me iva a contestar cuando Roberto se
puso detrás de ella, Adriana abrió los ojos y los cerro lentamente se puso roja
como haciendo un gran esfuerzo, "mi amor, estas bien quieres seguir", abrió los
ojos y la boca se hecho aire con una mano, me hizo un gesto con la mano en señal
de "espérate ahora te contestó", yo no sabia que hacer, Maru guiaba con su mano
el miembro de Roberto y este también tenia un rictus de esfuerzo en su cara,
"Juan no te muevas, Adriana ponte suavecita, duele un poco al principio" dijo
Sofí­a, quien estaba en la otra cama mamando a Abdón quien a su vez no perdí­a
detalle hasta se acercaba a pocos centí­metros para ver todo de cerca, entonces
Sentí­ que Roberto se moví­a poco a poco, sentí­a por momentos el roce de sus
testí­culos con los mí­os, yo tenia mi pené casi afuera de la vagina de mi mujer,
entonces Adriana prácticamente se la clavo toda con los movimientos de Roberto,
abrió los ojos y dijo "siii, que rico, si me gusta, hayyy, mi amor muévete un
poco por favor aghhhh", dentro de la vagina de mi mujer sentí­a claramente el
pené de Roberto, nuestros penes chocaban dentro de ella, los separaba una ligera
pared, sentí­a sus testí­culos descansar en los mí­os, Adriana nos tenia a los dos
completamente mojados, la cama rechinaba con nuestras embestidas, y salí­a un
sonido de la vagina de mi mujer como un chasquido por lo mojada que estaba,
"aghhh, me vengo que rico, tenias razón Sofí­a que delicioso!, yo estaba
salientí­simo la escena la he revivido infinidad de veces cuando ahora veo a mi
mujer en la cocina de la casa o jugando con los niños, Roberto se detení­a por
momentos y yo lo esperaba para volver a tomar ritmo, "bueno, espero alcanzar
algo, cuando menos merezco el mismo tratamiento, uno en cada hoyito" dijo Maru,
Entonces Roberto no aguanto mas al tiempo que se reí­a por el comentario de Maru
exploto dentro de Adriana, sentí­ algo caliente que me caí­a en los testí­culos,
entonces se acerco Abdón y arranco a Roberto, "por favor chico déjame probar
tantito de tu mujer enseguida le damos a la mia", se coloco entre sus nalgas, y
Adriana se incorporó "no!!, la tiene muy grande", al levantarse Adriana también
me incorpore y sentí­ pena por Abdón quien casi se arrancaba el pené por la
desesperación por poseer a Adriana, "mira.
si gustan yo por adelante chico",
Adriana me miro y se acerco a Abdón el se acomodo en la cama y Adriana se le
monto, casi me da un infarto, vi sus nalgas cabalgando, Abdón le besaba los
senos, Maru limpiaba con una toalla mojada a Roberto a la vez que le besaba el
miembro con intenciones de revivirlo, me acerque a Adriana y le introduje mi
pené en el ano, entro muy fácil con toda la lubricación que ahora tenia, "Abdón,
mas lento" aconsejaba Sofia, maru estaba ahora entre sus piernas metiendole la
lengua, Roberto estaba atrás de Maru besándole las nalgas, nosotros tomamos un
buen ritmo.
Adriana tuvo cuando menos un par de orgasmos mas, ya no aguante mas
solté todo lo que tenia en su interior, escuche a Abdón correrse casi al mismo
tiempo, nos quedamos los tres quietos unos minutos, después nuestros penes
salieron solos de sus orificios, Adriana se separo y se dirigió al baño, vi como
caminaba con las piernas separadas ya que las tenia escurriendo de semen, me
recosté un poco, Abdón ya estaba con Sofí­a y ella le limpiaba con la boca su
miembro, descansamos un poco, Adriana regreso y se acostó a mí­ lado, la única
que no paraba era Maru, a todos nos chupaba el miembro hasta que logro
levantarlos todos, se monto sobre Abdón y dijo " bueno, pónganme cremita ya
saben donde y que pase el primero", Roberto como en todos los casos fue el que
abrió el camino, en el caso de Maru fue más difí­cil ya que batallaron bastante,
le daba temor, hasta que la fin lo lograron.
Adriana y Sofí­a estaban acostados
conmigo, entonces decidí­ cobrarme, acaricie los senos de Sofí­a y esta me chupo
el miembro ayudada por Adriana, después se subió y me cabalgo, Adriana la
ayudaba, toque el sexo de mi mujer y lo note hinchado, incluso note que le
molestaba cuando la toque "te duele?" "si, un poco imagí­nate si no" me
respondió, Maru gritaba y se Corria, yo saboreaba y disfrutaba a Sofí­a, Adriana
se acerco al trí­o ya que Abdón la llamo para que les acercara la crema, al
llegar vi que Abdón la jalaba y le poní­a la mano en las nalgas de Roberto, ahí­
se quedo Adriana empujado a Roberto, vi las blancas nalgas de mi mujer ahí­
parada ayudando, entonces se fue al otro extremo de la cama y se acostó junto a
ellos, Roberto se desprendió de Maru y penetro a Adriana, Maru me pidió que
ocupara el lugar de Roberto, y como solo me faltaba ella, fui y la penetre ya
sin ningún trabajo, volví­a a sentir como hací­amos sándwich a una mujer, "nos
faltan penes" dijo Sofí­a ya que ahora ella estaba sin material, Adriana se
coloco sobre Roberto y lo cabalgo, no me pude resistir y de nueva cuenta penetre
por atrás a Adriana, esta vez le dolió un poco, le unte mas crema y volvimos a
tomar ritmo, "aghh, que rico mi amor", "insisto que faltan penes, ya es muy
tarde pero la próxima invitamos a los chicos que nos acompañaron", me cruzo por
la mente la escena excitándome de nueva cuenta, entonces Sofí­a me jalo y la
penetre, volteé a ver a los demás y tení­an a Adriana entre Abdón Y Roberto, como
siempre Roberto atrás la escena me volvió loco y termine de nuevo, quede
cansadí­simo, me recosté en la otra cama y entre sueños vi como los 5 Hací­an de
todo, y me dormí­.
Desperte 5 horas después, ya no estaban no Abdón ni Maru,
Adriana tomaba café con Sofia y Roberto se bañaba, nos despedimos y no los
volvimos a ver, tenemos comunicación via email con las dos parejas, nunca lo
hemos repetido ya que pensamos hacerlo en una proxima oportunidad con ellos pero
no ha sido posible, tenia razon Sofia eso cambio nuestras vidas, ahora nos
queremos mas, disfrutamos mas nuestra sexualidad.

Cualquier comentario dirigirlo a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO

No lo pense ni lo sone (trio M F F) (II)

No lo pense ni lo sone (trio M F F) (II) (Trios)

Continua la fiesta…

Verónica lo miro con cara de agradecimiento por acordarse de
ella, y cuando el le tendió la mano para atraerla , la acepto gustosa.
Se sentó en el regazo , el la besaba y le iba sacando el top,
al tiempo que ella gemia.
Me levante y fui a la pieza a buscar uno de mis
aparatos preferidos de mis tiempos de soledad.
Cuando entro nuevamente ella estaba quitándose el pantalón
mientras el le sovaba las tetas y chupaba sus pezones.

Ella se recuesta en el sofa, , el le baja la tanga y comienza
besar lentamente los labios de su bulba a lo que ella le pide urgencia por
llegar a un orgasmo, veo como el empieza a comerle el clí­toris y con una gran
facilidad le mete dos dedos en su ya empapada cuevita
Yo le doy de chupar el consolador de 19 cm color negro, bien
gordo, mientras me ocupo de sus tetas .
Tomo sus pechos con tada mi boca y con
pequeños mordiscos me acerco a la punta de sus pezones, ella gime y se retuerce
.
Seba que ya esta al palo nuevamente busca un preservativo
para ponérsela toda, le digo que quiero que el se siente en el sofa y que
Verónica lo cabalgue.
Toman esa posición y llego a ver desde abajo como de apoco
empieza a entrar y a perderse en la concha de Veronica la punta de la cabeza,
ella se ve que goza de la hermosa pija de mi novio y de apoco van agarrando
ritmo.
El la sujeta firme y con fuerza de los pechos ayudándose para marcarle el
ritmo.
Yo aprovecho para masajear los huevos de Seba , introducir
junto con la pija de el un dedo en la concha de ella y con la lengua me divierto
en la entrada el orificio del culo de Vero.
La guacha grita y goza como una puta, seguramente ya tubo mas
de 1 orgasmo.
Mientras siguo sobandole las bolas a mi novio, y ellos estan
en una perfecta coordinación
De arriba abajo y entra y sale , desparramo parte de los
jugos que salen de la concha de ella para su agujero negro, y apenas presiono un
poco dos de mis dedos caen en su culo.
Ella pega un grito , pero mantiene firme su ritmo , comienzo
a darle rapidas entradas y salidas mientras ella grita y se retuerce esto hace
que Seba se quiera venir.

El saca su pija de la concha de Vero, tira el preservativo y
se pone en posición pajeandose para tirarle toda la leche en la cara, mientras
el hace esto aprovecho para ocupar el espacio vacio en la concha de Vero con mi
hermoso juguetito, cosa que parece que ella agradece por que comienza a gemir,
retorcerse y a masajearse el clí­toris.
Los chorros de semen de Seba le pegan en la frente lengua y
mejilla , ella con la boca abierta ,lengua afuera buscando cada gota y eso hace
que se retuerza sobre mi mano que empuña el hermoso falo plastico , y se
desvanece en la relajación después del orgasmo.

Tanto Seba como Vero estan agotados , pero yo todaví­a
caliente.
Me pongo furiosa por verlos a los dos casi abrazados y
despatarrados en el sofa con una media sonrisa de satisfacción
Y les digo Heeeeeeeeeeeeey , solamente tuve un maldito
orgasmo que les pasa a Uds.
Sebastián me mira y me pide unos minutos.
En cambio
Verónica me dice que ahora me va a hacer gozar como nunca.

Con un desconocido

Primero me presento. Me llamo Cristina, tengo 16 años, mido 1'68, peso 47 kg y mis medidas son 85-58-85. Mi pelo es larguito y es rubio ceniza, y mis ojos son d color miel. Esto q voy a contar sucedió el año pasado en 1a excursión que hicimos los del instituto, un viaje a Port Aventura y estaríamos ahí 1a semana entera. Teníamos que ir por parejas en las habitaciones en las que nos íbamos a alojar y se suponía que yo iba a ir con mi mejor amiga, pero al llegar a nuestro destino me dijo que lo sentía mucho, pero que se iba a ir con su novio que ese momento estaría diciéndole lo mismo a su compañero. Me desilusioné mucho, pero antes de irse dijo: Podríamos hacer un intercambio, tu con el amigo de Jesús (que así se llamaba su chico) y yo con Jesús, así nadie se quedaría solo. Acepté, aunque no conocía a ese otro chico.Nos dieron las llaves de nuestras habitaciones y yo subí a la mía. Estaba cansada del viaje así que me dispuse a quitarme la ropa y darme 1a ducha, se ve que se me olvidó que un chico iba conmigo a la misma habitación y estaba a punto de llegar.Me desnudé y me metí en el baño sin echar el cerrojo a la puerta. Me duchaba tranquilamente hasta que vi una sombra al lado de la puerta. Al correr la puerta de la ducha vi que era un chico bastante más alto que yo, rubio de ojos verdes, y un cuerpazo de infarto (llevaba sólo 1a camiseta de tirantes y 1os pantalones cortos).A mi se me olvidó que estaba desnuda y me quedé mirándolo fijamente. Me dijo: vaya, qué vistas tan bonitas tiene el baño. Se me acercó y dijo: creo que voy a disfrutarlas, y me besó así sin más. Yo le devolvía los besos y las caricias. Me cogió en brazos y me llevó hasta la cama y empezó a sobarme por todos los sitios. Yo le cogí la verga que estaba dura como 1a piedra y empecé a acariciarla por encima de su pantalón hasta que se lo quitó y salió a la vista 1a verga enorme. Sin pensarlo ni un momento me puse a chupársela, estaba fuera d control, no sabia lo que hacía. El gemía y me decía: joder, cómo la mamas perra, no pares. Me dijo que me apartara cuando se iba a correr y empezó a chuparme el coño a mi. Yo gemía y le decía que no parase. Cuando terminó con lo mío me dijo: belleza si no te importa voy a perforar tu chochito. Yo ya no era virgen así que accedí. Me la metía primero suave y luego empezó a follarme super fuerte. Los dos terminamos casi a la vez. Nos quedamos hablando y cuando salimos a dar una vuelta, nos cruzamos con mi amiga y su novio q nos preguntaron: qué tal la convivencia?, a lo que yo respondí: mejor d lo q tu crees!, con 1a sonrisita maligna en la cara. Ahora miguel (que es como se llama mi amante) y yo salimos juntos y ya llevamos un año.

Acerca de la Homosexualidad (08)

Acerca de la Homosexualidad (08) (Gays)

Octava parte…

Hola a Todos.

Soy un chico de 20 años de Buenos Aires (Argentina).
Gracias
a esta Web quiero publicar una serie de 13 textos de interes que encontré en
Internet.
Aclaro que no son de mi autorí­a, pero me parecieron que son bastante
interesantes, por lo que quiero compartirlo con ustedes.
Aclaro también que no
son historias de sexo, pero recomiendo leerlos ya que ciertos capí­tulos son de
gran ayuda.
-.
BaTmAnIaKo.
-
***Para cualquier comentario o sugerencia se pueden comunicar
conmigo a POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
****

ACERCA DE LA HOMOSEXUALIDAD:

CAPíTULO 8:
¿Decí­rselo a los padres? ¿Cómo?:

Estas notas constan de dos partes: 
En la primera se ofrecen algunos consejos a los hijos gays que deseen decir a
sus padres su orientación sexual.
Los consejos se muestran en forma de preguntas
que el interesado debe ser capaz de contestar.
La segunda parte es una colección de reacciones comunes de padres e hijos ante
el conflicto que se desencadena cuando un hijo hace saber a sus padres que es
gay o lesbiana.
El documento es, por tanto, un resumen de experiencias que se mostrará
intercalando comentarios que intentan complementar el enfoque centrado en los
padres con otros puntos de mira del mismo conflicto.
El texto comienza con una serie de reflexiones acerca de aquellas situaciones en
las que es conveniente o no que un joven revele a sus padres su orientación
sexual: 

ALGUNAS PREGUNTAS ANTES DE DECIRLO:
Supongamos que eres hijo de una familia con la que convives y que quieres decir
a tus padres que eres gay o lesbiana.
Analiza lo siguiente antes de hablar con
tus padres sobre tu orientación sexual:

¿Estás seguro/a de tu orientación sexual? 
No hables del tema si no puedes responder con toda seguridad a la pregunta
"¿Estás seguro?".
Cualquier confusión de tu parte aumentará la de tus padres y
hará disminuir su confianza en tu juicio.

¿Te sientes cómodo con tu sexualidad homosexual? 
Si estás luchando con sentimientos de culpa y periodos de depresión, serí­a mejor
posponer el decí­rselo a tus padres.
Decirlo podrí­a requerir una energí­a enorme
por tu parte, por lo que debes estar en tu mejor momento.

¿Cuentas con el apoyo de otros/as?
Si la reacción de tus padres fuese devastadora, deberá haber alguien o algún
grupo al cual tú puedas recurrir con confianza para buscar apoyo y fuerza
emocional.
Es crí­tico mantener un sentido de valor propio.

¿Tienes suficientes conocimientos acerca de la homosexualidad? 
Tus padres seguramente reaccionarán en base a una vida entera de información de
una sociedad homofóbica.
Si has hecho alguna lectura seria sobre el tema, podrás
ayudarlos compartiendo información y estudios fiables.

¿Cual es el ambiente emotivo en el hogar? 
Si puedes escoger el momento de hablar, elí­gelo con cuidado.
Escoge un momento
en el que tus padres no estén enfrentándose a problemas graves, como la muerte
de un amigo, la perdida de un trabajo o la necesidad de una cirugí­a inminente.

¿Puedes tener paciencia? 
Tu padre y madre pueden necesitar bastante tiempo para asimilar esta información
si no la habí­an considerado antes de que tú la compartieras con ellos.
Este
proceso puede durar entre seis meses y dos años.

¿Qué te motiva a hablar ahora? 
Esperamos que te motive el amor que sientes por ellos y tu incomodidad con la
distancia que sentí­s entre vosotros.
Nunca te reveles por enojo o durante una
discusión, usando tu sexualidad como una arma.

¿Tienes materiales informativos a mano? 
La homosexualidad es un tema sobre el cual las personas que no son gays saben
muy poco.
Ten a mano por lo menos uno de los siguientes: un libro dirigido a los
padres, el número de teléfono de una persona de contacto del grupo local o
nacional de los padres y Amigos de Gays y Lesbianas o el nombre de un consejero
que no sea gay y que pueda tratar el tema de una manera ecuánime.

¿Dependes económicamente de tus padres? 
Si sospechas que tus padres son capaces de retirarte el apoyo económico para tus
estudios, o de obligarte a salir del hogar, deberí­as considerar si es preferible
esperar a que no tengan ese control económico sobre ti.

¿Cómo te llevas generalmente con tus padres? 
Si siempre te has llevado bien con tus padres y siempre te han brindado su
cariño y has correspondido tu amor por ellos, probablemente podrán tratar este
asunto de una manera positiva.

¿Cual es su punto de vista socio-moral? 
Si ellos tienden a ver los asuntos sociales en términos de lo bueno y lo malo,
lo santo y lo pecaminoso, puedes prever que tendrán serios problemas al
enfrentarse a tu sexualidad.
Sin embargo, si ellos han mostrado un grado de
flexibilidad tratando otros asuntos de cambios sociales, puedes esperar que
estén dispuestos a tratar este asunto contigo hasta su conclusión.

¿Estás decidiendo esto tú mismo? 
No todo el mundo debe revelar su orientación sexual a sus padres.
No te sientas
presionado a hacerlo si no estás seguro de que vas a lograr algo positivo al
hacerlo (sea cual sea la reacción).
Cada cosa tiene su momento oportuno.

En los primeros momentos de su vida sexual, los adolescentes gays y lesbianas
frecuentemente se sienten diferentes o aislados, y temen ser rechazados por su
familia, sus amigos o por instituciones religiosas.
Por otro lado, los
homosexuales son objeto de discriminación o violencia.
Esta amenaza de violencia
y exclusión social es un obstáculo al libre desarrollo de su personalidad.
En
una encuesta nacional llevada a cabo en el año 1989 en EE.
UU.
se encontró que un
5% de hombres homosexuales y un 10% de mujeres lesbianas habí­an padecido algún
tipo de asalto o abuso fí­sico relacionado con su orientación sexual durante el
año anterior a la encuesta.
Casi un 50% (exactamente, un 47%) sufrieron algún
tipo de discriminación a lo largo de su vida.
Otras investigaciones mostraron
tasas similares a las anteriores de discriminación y violencia, las cuales se
consideran altas.

PROCESO DE LOS PADRES:
A continuación se resume el proceso por el cual la mayorí­a de los padres pasan
cuando se les revela la orientación sexual de sus hijos.
Las etapas que daremos
a conocer son: el choque, la negación, el sentido de culpa, la expresión de
sentimientos, la decisión personal y la verdadera aceptación.
El proceso asume
que te has preguntado si vas a hablar con tus padres y tu decisión ha sido
afirmativa.
El método y sugerencias brindadas aquí­ parten de la premisa de que
tus sospechas que al fin y al cabo uno o ambos de tus padres van a ser
comprensivos aun cuando no lleguen a darte apoyo.
Esta información puede que no
te sirva si tienes serias dudas sobre la capacidad de tus padres para
enfrentarse al asunto y si sospechas que podí­an romper su relación contigo.

Advertencia: cada familia es singular.
Aun cuando la mayorí­a
de los padres pasen por las etapas aquí­ descritas, sé flexible con tus propios
padres.

Los ejemplos y sugerencias aquí­ descritos fueron recogidos en reuniones de
Padres y Amigos de Gays y Lesbianas (PFLAG).
Pocos padres son casos "modelos"
que encajen perfectamente con la descripción que sigue, pero estos testimonios
servirán para hacerte una idea de algunas reacciones de los padres.
Sabiendo qué
esperar y cómo reaccionar de una manera constructiva estarás mejor capacitado
para tomar este enorme paso con cierto grado de conocimiento y apoyo.

Padres e hijos/as cambian papeles 
Al hablar con tus padres, puede que encuentres que los papeles de padre e hijo/a
se inviertan por un tiempo.
Ellos deberán aprender de tu experiencia.
Según tus
padres se enfrentan a tu revelación, deberás asumir tú el papel de "padre" para
darles a ellos tiempo de expresar sus sentimientos y alcanzar una nueva visión.

Este proceso no será fácil.
Seguramente estarás ansioso de que comprendan y
acepten esta importante parte de tu vida inmediatamente.
Será fácil para ti impacientarte.
Tendrás que repetir muchas veces las mismas
cosas.
Evolucionarán lentamente (con lentitud dolorosa) al principio.
Su
reacción será emotiva.
No asumas que al explicar algo una vez ellos lo habrán
oí­do.
Su sentimiento se interpondrá al entendimiento intelectual.
Permí­teles tiempo y
espacio.
Considera tu propio caso: ¡has estado luchando por esto durante años!
Aunque los asuntos con los que tus padres van a tratar se parecen a los que tú
te has enfrentado, la diferencia está en que tú ya te has adelantado en el
proceso.
Ten paciencia.
La experiencia de las asociaciones de padres parte del hecho de que la gran
mayorí­a de ellos están muy desinformados acerca de la homosexualidad, razón por
la que aconsejan paciencia a los hijos gays: por un tiempo los hijos pasarán a
ser los pedagogos.
Ahora bien, si se trata de hijos muy jóvenes – recuerden que
la orientación sexual se comienza a percibir en muchos casos durante la
preadolescencia – no parece creí­ble que ellos puedan asumir el papel de "padre"
fácilmente, pues tampoco suelen tener una gran información de su parte.
Más
bien, sienten el deseo homosexual, tienen el reto de vivirlo de la mejor manera
posible y poco más.
Para mejorar estas malas condiciones que padecen las
personas que afrontan la homosexualidad propia, de sus hijos o de sus amigos, es
necesario un mejor acceso de todos a la información sexual, superando de esta
manera el lastre de una organización social obsesionada por el control de los
ciudadanos en las parcelas de la sexualidad.

En las lí­neas siguientes entramos en la parte más enrevesada del conflicto: 

La polémica: separación y privación.
Muchas familias toman la noticia como una privación temporal -casi como la
muerte- del hijo o de la hijas que han conocido y querido.
Elisabeth Kubler-Ross
describe las etapas relacionadas con la muerte de un ser querido como de
negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Al igual que en el pesar por
la perdida de un ser querido, la primera reacción de los padres de gays y
lesbianas se concentra en la separación y la pérdida.
"Recuerdo la mañana cuando
mi hijo preparaba su desayuno en la cocina mientras se sentaba en la mesa de la
cocina leyendo el periódico.
Lo miré y querí­a decirle – No te conozco, pero
quisiera que te fueras y me devolvieras a mi hijo-".
Los padres sienten una
pérdida cuando su hijo revela su orientación, pero este sentimiento es mas bien
temporal.
Aunque las etapas aquí­ descritas se aplican a la mayorí­a de las personas, no
todos los padres progresan de una manera igual en estas.
Algunas veces una etapa
ocurre fuera de orden; de vez en cuando se asalta otra.
Algunos avanzan por
etapas en tres meses, para otros hacen falta años.
Unos pocos no progresan
debido a que sienten una lástima consigo mismos.
En todo caso el sentimiento
inicial es de perdida.
La mayorí­a de los padres piensan que conocen y comprenden
a sus hijos desde su nacimiento.
Aunque se aferran a antiguas historias -y
algunas veces se confunden al contar algunas de ellas- la mayorí­a se sienten
seguros de que saben en qué piensan sus hijos.
Inicialmente los padres pierden
el sentido que conservan de su hijo/a y no saben todaví­a si les gusta la persona
real que reemplaza a la persona imaginaria.
Aquellos que sienten el golpe mayor
cuando su hijo se revela probablemente serán los mismos que sufrirán el mayor
sentido de privación y rechazo.
No es que se alejen de su hijo sino que sienten
que su hijo se ha alejado deliberadamente de ellos.
Por primera vez palpan tus
padres el alejamiento, sentimiento del cual seguramente has sido consciente
durante años.
Tal sentimiento es traumático.
Por medio de la paciencia y la
comprensión de parte de todos, se puede restaurar la relación original.
Es más,
en la mayorí­a de los casos mejora la relación porque ahora estará basada en la
honestidad mutua.
Pues así­ están las cosas.
Muchos padres toman la noticia de
que alguno de sus hijos es gay como una suerte de abrupta separación del
hijo.
Seguramente es algo que no se esperaban, y esto si es que alguna vez han
pensado seriamente en la sexualidad de los hijos, pues la educación sexual no se
considera una obligación de la familia, en todo caso de las instituciones
educativas.
Así­ comienza el conflicto y a continuación se plantea como se
desarrolla posteriormente el proceso.

ETAPAS DE COMPRENSIí“N 

1.
El choque.
La etapa inicial del shock puede ser anticipada si sospechas que tus padres no
tienen la menor idea sobre lo que te propones compartir.
Esta etapa puede que
dure desde diez minutos hasta una semana; por lo general se disipa en unos
dí­as.
El choque es una reacción natural por la cual todos pasamos – y
necesitamos por un tiempo- para evitar la angustia y el disgusto.
Comuní­cales
que no te ha sido posible ser totalmente honesto con ellos y que no te gusta la
distancia que ha aparecido con el pasar de los años.
Asegúrales tu amor por
ellos.
Dilo más de una vez.
Aunque al principio no responderán de una manera
positiva a tu manifestación de amor, les llegará una vez que estén solos y
piensen sobre todo esto.
Recuérdales que eres la misma persona hoy que eras
ayer: "Vosotros me querí­ais ayer, no he cambiado desde entonces, soy la misma
persona que ayer".
A veces un padre no pasa por la fase de choque: "Siempre supe
que eras diferente.
consideré la posibilidad.
Está bien.
Te quiero.
Tendrás que
ayudarme a comprender y aceptar la realidad".
Algunas veces dicen:" hace tiempo
que nos habí­amos enterado porque dejaste una carta sobre la mesa el verano
pasado; hemos estado esperando que nos dijeras algo".
Si es así­, tu labor será
mucho mas fácil, ya que han de haber pasado por algunas de las etapas por su
cuenta.

2.
La negación.
La negación ayuda a amparar a la persona de un mensaje amenazante o doloroso.
Es
distinta al choque porque indica que la persona sí­ oyó el mensaje y está
intentando desarrollar un mecanismo de defensa para combatirlo.
La negación toma
muchas formas: Hostilidad -"ningún hijo mí­o va a ser marica"- la no aceptación –
"Qué bien querido, ¿que quieres para comer?"- desprendimiento- "Si escoges ese
estilo de vida, no quiero enterarme más de eso"- o el rechazo -"es sólo una
etapa, ya se te pasará".
Su percepción de tu orientación sexual ha sido
distorsionada por los mensajes que han recibido y aceptado de nuestra sociedad
homofóbica.
La manera en que se manifiesta la negación puede extenderse desde un
estado hipnótico sereno hasta el llanto o los gritos histéricos.
Muchos padres
toman una ruta intermedia: lloran con frecuencia.
"Mi esposa y yo estábamos
seguros de que nuestro hijo habí­a caí­do presa de alguna actividad de liberación
homosexual porque le parecí­a peligrosa y excitante.
Pensamos que los reportajes
de los medios de comunicación sobre la homosexualidad lo atraí­an probablemente
por ser él inmaduro y porque no sabí­a lo que verdaderamente querí­a.
Insistimos
en que visitara a un psiquiatra cuanto antes para tratar la ira que habí­a
acumulado en el último año.
Acordamos ir al psiquiatra también por separado.

Después de que Pablo fuera dos o tres sesiones, el psiquiatra hizo trizas
nuestro mecanismo de negación: "He aconsejado a muchos jóvenes gays y estoy
convencido de que ésta no es una ilusión pasajera; basado en mi mejor
conocimiento, su hijo es gay".
Tú podrí­as sugerir el nombre de un consejero o dos si tus padres consideran que
el asesoramiento podrí­a aclarar su confusión.
No seria aconsejable que
sugirieses a una persona gay, ya que tus padres querrán una persona con un punto
de vista "imparcial".
Si te presionan para que vayas a ver a un consejero,
sugiere que tú vas si ellos también van al mismo número de sesiones que tú.

Puede que se resistan en base a que ellos no necesitan ayuda: sin embargo, en el
fondo probablemente darán acogida a la oportunidad de hablar con alguien.
Tus
padres pueden necesitar ayuda en distinguir lo "normal" de la "norma".
Es
probable que piensen que la homosexualidad no es normal.
Puedes ayudarles al
explicarles que aunque la homosexualidad no es la norma, si es lo natural para
ti.
Señálales que dentro de todo el mundo natural hay excepciones a las reglas;
mientras que la mayorí­a de las personas tienen los ojos del mismo color, algunas
tienen un color distinto en cada ojo.
Tus padres deberán entender que aunque tu
orientación sexual no es la norma, es una respuesta natural y honesta para ti.
Si su negación toma forma de "No interesa hablar de eso", si no cambian durante
una semana, deberás tomar la iniciativa gradual y cautelosamente.
Entabla el
tema suavemente cuando parezcan estar relajados.
"Papá, hace tiempo que he
querido hablar de esto contigo; por favor, no me alejes de tu vida.
No puedo
seguir mintiéndote.
Te quiero y quisiera que continuases queriéndome también.
"
Personaliza tu mensaje de manera que penetres sus defensas.
No es necesario que les brindes mas información de la que te pidan.
El darles
información sobre tus experiencias podrí­a resultar en el desarrollo de unas
defensas más fuertes.
Contesta sólo las preguntas que te hagan; más tarde
tendrán otras preguntas para ti.
Por sentirse incómodos al hacerte preguntas,
puede que te sea necesario formular sus preguntas antes de contestarlas.
Deberás
estar preparado para conversar con tus padres individualmente, si fuese
necesario.
La mayorí­a de las parejas reaccionan ante tal revelación como lo
hacen con otros choques; uno toma la delantera y se encamina hacia la resolución
antes que el otro.
No te enfades con el más lento de los dos.
Frecuentemente las
parejas experimentan problemas en su propia relación cuando esto sucede.
Quien
parezca adaptarse mas rápidamente puede sugerir que a su pareja le encanta
retrasar las "soluciones"; el que se mueva más lentamente quizás piense que el
otro acepta demasiado pronto la situación.
Los padres que se encaminan a
distinto paso pueden experimentar tensión, ya sea expresamente o en silencio.
El mecanismo de la negación es uno de esos interesantes enigmas de la psique
humana, sobre el cual se han vertido auténticos rí­os de tinta.
Fue estudiado por
el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, y repensado desde muchos puntos de
vista por gran cantidad de autores, incluyendo la mencionada Elisabeth
Kubler-Ross.
¿Y si pensáramos que unos padres que niegan, sabiéndolo, el
hecho de que su hijo es gay, en realidad dijeran: "Al hijo que soñábamos que iba
a ser le hemos asociado ahora la figura del homosexual (rodeada de monstruos y
fantasmas sin cuento…), pero nos disgusta dar por buena esta asociación"? Y no
sólo importa el mecanismo exclusivamente psicológico, pues también existe y ha
existido un mecanismo de negación en la esfera social que interacciona con
aquél.
Es el silencio o la infrarrepresentación de las minorí­as sociales, que no
procede sólo de la suma de múltiples negaciones individuales, sino que se ejerce
también a través de estructuras puramente sociales, como la censura (leyes
contra la representación de la homosexualidad) o la prohibición (leyes contra
los actos homosexuales consentidos y en privado).
La organización social en los
paí­ses más avanzados está cambiando, sin duda, y nos felicitamos por ello, pero
los homosexuales siguen sin poder expresar afectividad en público, salvo
excepciones, y siguen estando perseguidos por la ley en muchos paí­ses donde los
derechos de los ciudadanos son atropellados impunemente.

3.
El sentimiento de culpa.
La mayorí­a de las personas que se enfrentan a la homosexualidad la consideran
como un "problema" y preguntan: "¿Qué causa el problema?" Creen que si dan con
la causa, entonces la curación estará al alcance.
"Para mí­, la duda se tornó
introspectiva": ¿Qué he hecho yo de malo? Fuera la causa genética o ambiental,
consideraba que era mi culpa.
Me preguntaba qué tipo de modelo era yo como
hombre: examinaba mi masculinidad.
Por un tiempo, no importaba desde qué ángulo
examinara la situación, creí­a ser la fuente principal del problema.
Era un
sentimiento que yo no podí­a expresarle a nadie por sentirme muy avergonzado y
triste.
A pesar de que ambos padres suelen sentirse culpables, el padre del
mismo sexo que el hijo es el que lo siente más agudamente.
Por fin un dí­a mi
esposa me dijo: "no creo que sea razonable el que tú te eches la culpa: tú
criaste dos hijos, uno es gay y otro no lo es.
Tiene que haber otros
factores".
Frecuentemente los padres solteros se culpan aún más como
responsables por la pérdida, separación o divorcio del cónyuge: "sé que fallé,
no logré ser tu padre y tu madre a al vez" 
Cuando un padre y una madre se sienten culpables se centran en sí­ mismos.
No
logran preocuparse por lo que tú hayas pasado; en esa etapa están demasiado
ensimismados para preocuparse por ti.
Puesto que son tus padres, puede que no
sean capaces de admitirte que se sientan culpables.
Reconocer este sentimiento
es como decir "Yo te he causado esta horrible situación, yo te he hecho
distinto.
Cúlpame a mí­.
" Esta no es una posición cómoda para ningún padre.

puedes ayudarlos de varias maneras.
Asegúrales que tú no crees que la causa sea tan sencilla como ellos la
ven.
Diles que hay muchas teorí­as y que el origen de la homosexualidad no se
conoce.
Brí­ndales un libro dirigido a los padres.
- Un libro puede atraerles en
estos momentos porque representa una autoridad.
Ten el libro a la mano para
darles; no les enví­es a una librerí­a gay a buscarlo.
Ellos ahora quizás estén
listos para hablar con una persona de confianza; algunos querrán hablar con un
clérigo.
Será difí­cil alejarlos de una persona que hayan escogido con quien tú
consideres no les convenga consultar.
Si sabes alguna agencia que haya ayudado a otras familias, ten su nombre listo
para ellos.
Una organización de orientación gay podrí­a serles útil pero
resistirán visitarla por considerarla del bando contrario.
Dales el número de
teléfono local de la Asociación de padres de gays y lesbianas.
En España hay
menos, pero cada ciudad, por pequeña que sea, cuenta con un grupo de gays y
lesbianas que realizan actividades sociales.
Quizá ellos les puedan informar de
actividades para padres y el nombre de otros padres que hayan acordado de
antemano hablar con ellos.
No esperes que respondan inmediatamente a estas sugerencias; podrí­an no actuar
si se sienten avergonzados o culpables.
El brindarles esta información es como
sembrar una semilla que tomará tiempo en dar su fruto.

4.
La expresión de sentimientos.
Cuando esté claro que el sentimiento de culpa y la autorrecriminación no son
productivos, tus padres estarán listos para hacer preguntas, escuchar tus
respuestas y aceptar sus sentimientos.
Este es el momento para el dialogo
productivo entre vosotros.
Ahora brotará toda la gama de sentimientos: "me
siento defraudado de que no tendré nietos".
"Por favor, no se lo digas a nadie
en la familia: no estoy listo para enfrentarme con ninguna persona sobre este
asunto","Me siento sólo y herido"; "Creo que hubiese sido mejor no saberlo",
"¿Cómo puedes herirnos de esta manera?","Preferirí­a morir".
Ya que tu vida en
una sociedad homofóbica te ha obligado a sentir muchos de estos sentimientos (el
aislamiento, el temor al rechazo, el dolor, la confusión, el temor al futuro.
.
.
)
tú puedes compartir con ellos tu experiencia con sentimientos similares.
Sin
embargo, permí­teles suficiente tiempo para que lo expresen ellos mismos; no
dejes que tus necesidades se sobrepongan a las de ellos.
Si ellos no han leí­do
un libro o hablado con otros padres, sugiéreles que lo hagan.
Ofrécete para leer
un capí­tulo con ellos e incluso a ir con ellos a una reunión de padres.
"Pablo
nos habí­a sugerido que conociéramos a Daniel.
Al principio no tení­amos interés
porque después de dejar de culparnos a nosotros mismos por lo que habí­a pasado,
le empezamos a echar la culpa a Daniel.
Yo me sentí­a enojado de que esta
catástrofe hubiera caí­do sobre nuestra casa; estaba seguro que iba a arruinar
nuestras vidas.
Siempre creí­ que éramos buenos padres, que no merecí­amos esto.

Mi ira con Pablo muy raras veces fue expresada, sin embargo permanencia en la
superficie, lista para que yo me enfrentara con ella".

La ira y el dolor son probablemente los sentimientos mas
frecuentemente expresados.
Muchas veces son sentimientos iniciales que parecen
rencorosos y crueles.
Si es que tus padres han de progresar, es mejor que
expresen estos sentimientos a que los escondan e intenten negar su existencia.

Enfrentarte a estos sentimientos será difí­cil para ti.
Tendrás la tentación de
retirarte, arrepintiéndote de haber planeado el asunto.
No te des por vencido,
sin embargo, no des marcha atrás.
Al expresar estos sentimientos tus padres
están camino de la recuperación.
Resulta, pues, que tanto la fase 3 como
la 4 de la polémica giran alrededor del sentimiento de culpa, que se manifiesta
en los padres: primero se sienten ellos culpables, por turno, y luego
culpabilizan a su propio hijo o al novio de éste.
Los padres, por lo visto,
tienen que sentirse responsables de todo lo que le ocurre a su hijo, el cual,
por otro lado, ya empieza a ser algo más que un niño.
Quizás existe en todo este
complejo sistema de sentimientos una abrupta percepción de que el lazo idí­lico
entre el niño y sus padres se ha transformado, de que aquél niño indefenso que
necesitaba tantos cuidados y devolví­a tanto amor ya no es el mismo: primero
tienen choque y negación, luego sentimientos de pérdida y de culpa por esa
pérdida, con reparto de responsabilidades y todo.
Y, sin embargo, es todo tan
natural… ¿No será que somos unos sentimentales sin remedio? 
Es curioso que todo esto puede ocurrir también con hijos heterosexuales, quienes
en la adolescencia y en la juventud atraviesan frecuentes crisis de comunicación
con sus padres.
Lo especí­fico de los hijos homosexuales es que, a veces, se
invierte demasiada pasión o bien se toman decisiones demasiado drásticas (hijos
expulsados de sus casas, terapias inútiles etc…) Es decir, es una cuestión de
grado.
Pero como no todo es lamentarse, lo cierto es que las crisis se superan.

El documento nos informa a continuación de cómo ocurre esto en el conflicto
entre hijos gays y padres heterosexuales.

5.
La decisión personal .
A medida que el trauma emocional disminuya, tus padres podrán enfrentarse de una
manera más racional al asunto.
No serí­a raro que para este momento quieran
detenerse a considerar sus opciones futuras.
Es como llegar a una encrucijada en
el camino.
La manera como escoja cada persona refleja la actitud que ella esté
dispuesta a asumir al enfrentarse a la situación.
Puede que tus padres decidan
tomar distintos caminos.
Ciertos factores podrí­an influenciar el camino que
escojan.
Las lecturas sobre la homosexualidad y otras conversaciones con los
padres puede que les alienten a tomar una actitud mas positiva.
Su orientación
religiosa tomará un papel importante.
Su orientación general, ya sea liberal o
conservadora, tendrá mucho que ver con su respuesta.
Un factor importante es la
importancia que le den a la restauración de su relación contigo.
Una variedad de
factores les influenciaran según formulen la manera de enfrentarse a este
asunto.
A continuación describo tres clases de decisiones.
1.
La mayorí­a continuarán queriendo a sus hijos de una manera que les permita
decir.
"Sigues siendo mi hijo", podrán aceptar la realidad de la orientación
sexual de su hijo o hija y brindarle su apoyo.
De hecho ahora la relación entre
padres e hijos estará basada en al honestidad y respeto mutuos.
La mayorí­a de
los padres dicen que su relación está mejor que nunca.
Todos se sentirán mejor
sobre lo sucedido.
Hasta este momento tus padres han tenido sólo un vistazo de
tus necesidades, de ahora en adelante podrán estar más conscientes.
Ahora se
preocupan de los problemas que has de enfrentar.
"Aunque tení­amos una leve idea
de las necesidades de nuestro hijo, mi esposa y yo estamos hoy en dí­a más
conscientes y entendemos por lo que él ha pasado".
"Le conseguimos una
habitación sólo en la universidad para hacer posible vivir su vida sin tener que
darle excusas o explicaciones a un compañero de cuarto".
"Invitamos a Daniel a
nuestro hogar con más frecuencia y pronto se convirtió en parte de nuestra
familia.
Cuando Pablo habló con su hermano pudimos hablar con Luis y darle apoyo
a Pablo.

2.
Algunas veces los padres responden dejando claro que es un asunto que no
requiere más discusión.
Aunque pueden hablar del tema, lo consideran muy
delicado.
Han progresado hasta cierto punto y no quieren avanzar más.
Esto no
indica necesariamente una actitud negativa hacia ti.
Ellos conocen sus lí­mites y
no quieren ser empujados mas allá de estos.
Aunque deberás respetar esta
actitud, todaví­a podrí­as intentar darles una mano.
Déjales saber que los quieres
- en dichos y en hechos - Déjales saber gradualmente sobre tu sexualidad: o sea,
sobre grupos gays en los que participas (en el centro comunitario, tu grupo
religioso o atlético).
Esfuérzate por no dejar que se alejen de ti.
Preséntales
a algunas de tus amistades; el conocer a otras personas homosexuales (en números
reducidos) les ayudará a romper con los tópicos.
En ciertas ocasiones tu
orientación sexual se podrí­a tornar en foco de constante batalla.
Todo lo que
hagas o digas ha de verse como sí­ntoma de tu problemas.
Tus horarios, tu
lenguaje, tus amigos , tu selección profesional, tus calificaciones escolares,
etc.
(En realidad tales preocupaciones reflejan un sentido de insuficiencia
personal por parte de tus padres).
Mientras exista esta situación, tanto los
padres como el hijo saldrán perdiendo.
Por lo general, cuando uno de los padres
asume este papel extremo a la otra parte de la pareja no le queda más remedio
que tomar una posición similar.
En cuanto a los hijos se refiere, con frecuencia
los padres que asistan a reuniones de padres o que conversen con otros padres
que apoyan a sus hijos, muy raras veces mantienen una actitud negativa.
Si
rehúsan ir a una reunión, quizás estén dispuestos a encontrarse con algunos
padres en un restaurante tranquilo.
Si tu intento no tiene éxito, no te
desanimes.
Busca a un padre o a una madre sustituto o un amigo o amiga que te
pueda ayudar.
La solución de problemas y el cambio de actitudes algunas veces parecen avanzar
con dos pasos adelante y un atrás.
No es raro que los padres recaigan un paso o
dos y vuelvan a discutir algo que tú creí­as que ya se habí­a resuelto.
Permí­teles tiempo para digerirlo.
Te vas a sentir desalentado cuando suceda pero
muchas veces esta es la manera como sucede el cambio.
Los padres están durante
esta etapa superando los obstáculos que se plantean en la asociación mental
existente entre la figura de su hijo – una gran cantidad de historia vital, en
realidad – y la imagen que se han hecho de la homosexualidad – esta es más bien
una suma desordenada de prejuicios y estereotipos que se han asimilado
inconscientemente en discusiones no muy inteligentes o pelí­culas basura.
Por lo
tanto están luchando internamente contra la homofobia, una lucha justa y que
merece apoyo, pues el amor que quieren mantener sobre sus hijos es realmente un
bien mayor que los prejuicios sin fundamento que ahora lo obstaculizan.
Como
dice la guí­a de PFLAG, la mayorí­a de los padres lo logran, si bien de distintas
maneras y dando dos pasos adelante y uno atrás, razón por la cual esta etapa que
ya es de superación del conflicto se denomina "La decisión personal".
También puede ocurrir que algunos padres superen las formas gruesas de la
homofobia, pero no las sutiles, por ejemplo: aceptan una suerte de
comportamiento homosexual ejemplar o ideal, pero no los aspectos reales del
mismo, como puede ser la tolerancia que se muestra hacia la transgresión de los
roles de género sexual en algunos ambientes homosexuales o el hecho de que otros
se comporten de manera promiscua o frecuenten lugares de encuentro sexual de
mala fama.
Y esto ocurre incluso aunque no tengan reparos, en conversaciones
informales, a la hora de admitir la promiscuidad heterosexual.
Es patético
comprobar cómo algunos miembros de una familia prefieren continuar negando la
homosexualidad de otro a costa de contemplarlo eternamente como una suerte de
Don Juan que no se compromete con ninguna mujer y que vive una divertida y
comprensible promiscuidad heterosexual.
Como la mente humana y su ingenierí­a de los prejuicios es, en realidad, un gran
laberinto, no creo que los padres estén obligados a compartirlo todo de sus
hijos ni estos de sus padres, y podemos felicitarnos si el proceso de dar a
conocer la propia sexualidad a los padres concluye con una superación de las
formas gruesas de la homofobia, como parece ser que ocurre en la mayorí­a de los
casos.
Más interesante aún, algunos padres están dispuestos a ir más allá y
llegar a.
.
.

6.
La verdadera aceptación 
No todos los padres llegan hasta aquí­, pero algunos sí­.
La mayorí­a pueden amar a
sus hijos sin aceptar su estilo de vida.
Muchos alcanzan incluso a celebrar la
diferencia de su hijo.
Estos afortunados ven la homosexualidad como una variante
legí­tima de la sexualidad humana.
Cuando se les pregunta si desearí­an que su
hijo cambiase, responden "Yo preferirí­a cambiar nuestra sociedad homofóbica de
tal manera que mi hijo pudiera vivir su vida sin rechazo ni miedo.

Los padres en esta etapa superan su propia culpa, la de ser parte de una
sociedad culpable, homofóbica.
Piensan en las bromas o comentarios despectivos
que han hecho ellos mismos durante años y comienzan a entender los problemas que
inconscientemente han creado para su hijo.
Finalmente llegan a pensar en la opresión de los gays y lesbianas desde un nuevo
punto de vista.
Entonces puede ser que comiencen a luchar contra esa opresión:
Hablan con amigos acerca de estas cuestiones tratando de educarse a sí­ mismos y
a los otros; apoyan a los amigos gays de su hijo o hija; acuden a asociaciones
de padres de gays tratando de ayudar a otros padres.
En definitiva, se adhieren
a una causa y buscan una ví­a adecuada a sí­ mismos para realizar alguna
contribución positiva.

Teatro

Soy una mujer hiperactiva trabajo, hago deporte, hago teatro y tengo tiempo para mantener una familia feliz. Durante una semana nos preparamos para presentar una obra teatral en la provincia, en la obra participamos 11 actores más el director y otro personal, cuando llego el jueves dia del viaje, dejé a mi esposo como siempre colaborador y confiado de su fiel esposa, durante el viaje conversamos, tomamos, nos divertíamos mucho, incluso había parejas de compañeros empatados que aprovecharon de cortejearse, esto me llevo a detenerme y reflexionar durante el viaje que lo único que no tenía en mi vida era algo muy importante, estar sexualmente sastisfecha.Después de llegar del viaje cansados nos acomodamos en las habitaciones después de descansar y almorzar, fuimos a reconocer el escenario y a ensayar un poco la obra, en las tablas había dispuesta una pared con una ventana ideal para unas de nuestras escenas que practicamos, pero ocurrió algo fuera del libreto mientras simulaba una penetración con Miguel un hombre bien dotado en la ventana sin embargo Miguel inesperadamente subió mi corto vestido aparto mi hilo y me clavó veloz que no pude reaccionar y más bien me acomodé pero la corta escena interrumpió mi súbita debilidad, después confundida entre mantener mi reputación y el placer, después de culminar el ensayo general nos cambiamos en el camerino y dudé si pasar por el camerino de Miguel o dejar pasar ese acto, sin embargo mi concha caliente me llevó directo a su camerino con temor. Abrió la puerta, estaba desnudo lo que termino de hacer sucumbir ante los placeres sexuales que no disfrutaba a plenitud, así que valientemente me puse en cuatro patas sobre el mueble, y de una manera salvaje y rápido me penetró. Me sentí en la gloria, después de desocupar el camerino acordamos vernos en la noche.Durante esa noche me dispuse a terminar de disfrutar los verdaderos placeres sexuales con Miguel, ya que lo más difícil de la infidelidad es dar el primer paso, así que se acabo todo rastro de conciencia y apariencia, me vestí súper sexy, pero Miguel tenía otros planes después de estar bailando en la pista mi calentura me llevó a invitarlo a mi habitación a la cual después de dos horas no llego y confundida para pasar el rato visite a Luis el director hombre de unos 45 a 50 años me invitó a conversar sobre la obra y nos tomamos unos tragos de un escocés bien añejado, pasó otra hora y el idiota de Miguel no se presento Luis no se si por su veterania parece que olió mi problema y de repente convirtió su conversación en algo más picante. Me dijo una frase que me paralizó, que lo mejor del amor es lo prohibido, sobre todo la infidelidad, nunca me imaginé que después de conocernos bien inclusive a compartir en reuniones con nuestras parejas, él inesperadamente saca entre su bata de baño entre dos botones un hermoso pene, yo sorprendida no reaccioné sino después de pasar con mucha confianza su glande en mis labios como un lápiz labial. Lejos de avergonzarme, abrí mi boca y se lo besé y chupé; cuando estuvo en forma vi un miembro no muy grande pero hermoso diferentes a los pocos que había probado anteriormente. Me acostó en la cama y me chupó la vagina como nunca nadie lo había hecho, parece mentira! mi primer sexo oral satisfecho: me descontrolé y mis gemidos eran más fuertes que nunca incluso acabé por primera vez en boca de un hombre algo que me dio verguenza pero el lejos del asco se inspiró y como un toro salvaje abrió mis piernas y me clavó hasta el fondo. Después jugaba y cambia mis piernas las subía, abría, cerraba, cogiéndome como nadie lo había hecho esto me costó tres orgasmos y él continuaba como un toro sin descanso, hasta que durante un largo tiempo saco su pene y derramo su leche sobre mi vientre algo que me llevó al máximo clímax dando un fuerte grito de placer. Tendidos en las camas descansamos un ratico y pase a bañarme para acostarme en mi habitación sin embargo sucedió algo inesperado, porque tenía años que un hombre no buscaba una segunda ronda, menos Luis por su edad, pero este menosprecio se acabó para mi dicha. Rápidamente, mientras me bañaba, Luis entró y su huevo se empezó a reanimar en la ducha, me arrodilló y se lo mamé de inmediato, se levantó, me paró, me puso de espaldas en cuclillas, me volvió a coger. Después le dije que pasáramos a la cama en la misma posición, el subía y me daba tan duro que los aplausos de mis nalgas se oían tan fuertes como mis gemidos. Después terminó por acostarse sobre mi, dándome otros orgasmos que hicieron perder mi cuenta. Luego de otro tremendo segundo tiempo derramo su leche en mi espalda volvimos a descansar ahora por un poco más de tiempo aproveche para alabarlo y por darme algo muy importante en mi vida sexo pleno que lo cambiara por cualquier otro aspecto de mi vida.Después de otra ducha me acosté el se ducho después que me acosté muy feliz el se ducho y se acostó a mi lado trajo un frasquito de aceite u otro liquido que derramo lentamente sobre mis espaldas me masajeo pero de repente sentí como lo derramaba en mi ano y jugaba con sus dedos algo que deje con placer sin embargo me sorprendió cuando me arrodillo gire la cara me sorprendió como su pene después de una intensa actividad se mantenía parado como en un principio pero esta vez me di cuenta que me quería penetrar por el culo yo sumisa pero con miedo porque mis pocas relaciones de este tipo me causaron mucho dolor pero las pocas veces que lo entregue fue para premiar un buen polvo así que este era un momento después de unos seis años cuando premie a mi marido, de darle un premio a este semental, después del dolor inicial de siempre con el glande lo fue enroscando poco a poco hasta que me acostumbre después de gritar en un principio empecé a gemir de placer porque me acostumbre y goce por primera vez en mi vida de una cogida por el culo después de un tiempo largo sentí como su líquido se derramó en mis entrañas. Cuando lo sacó, estaba lleno de colores rojos de sangre y marrón de heces. Después de la intensa actividad nos acostamos rendidos para descansar para la obra de las 11:00 am. Le pedí que me dejara descansar sin antes organizar encuentros más frecuentes. Todo ocurrió como lo esperamos, Regresamos al día siguiente a nuestras reuniones diarias de 5:00 pm a 6:00 pm, pero con un cambio para ser la asistente principal; y con salida a las 7:00 pm, como todos se imaginan resolví mi satisfacción sexual, sin embargo hubieron encuentros que vale la pena contar, pero en otras oportunidades.

La verdad sobre tu marido Pedro

La verdad sobre tu marido Pedro (Hetero: Infidelidad)

¿Qué hacer cuando en plena luna de miel te enteras de que tu marido ya te ha sido infiel? Pues lo más socorrido es acudir a los servicios de animación del hotel.

La verdad sobre tu marido Pedro
Cancún, el paraí­so del turista, hotel de cinco estrellas,
primera lí­nea de playa, jacuzzi en la habitación, club de golf, show-espectáculo
todas las noches, un tiempo espléndido.
.
.
¿Qué más podrí­a yo desear en mi luna
de miel?
¡Pues un marido que me quisiera!
¿Acaso es tanto pedir?
Ah, y ya de paso que este hotel no tuviera un servicio de
internet gratuito para sus clientes.
Claro que eso serí­a matar al mensajero.
¿Quién me mandarí­a a mí­ meterme en la sala de ordenadores a
mirar mi correo? Se trataba de desconectarnos del mundo, de aislarnos y de
disfrutar de nuestro amor ahora que Pedro y yo nos habí­amos unido en santo
matrimonio para siempre y habí­amos jurado ser FIELES el uno al otro delante del
cura.
Si encima yo hasta me lo creí­ cuando lo dijo.
¡Y yo que querí­a casarme en
un juzgado! Esta claro, no tuve que hacer caso a Pedro.
"El compromiso es mayor
si nos unimos por la iglesia" me decí­a el muy cabrón.
Hay que mirarlo por el lado bueno, más vale que te enteres de
quien es tu marido a los nueve dí­as de casados que no a los nueve años.
Y si yo
me he enterado ha sido gracias a ese misterioso correo electrónico.
Nada más abrir mi bandeja de entrada me encontré con ese
nombre que no me decí­a nada.
¿Felipe Gómez? Yo no conozco a ningún Felipe Gómez.

Asunto: "La verdad sobre tu marido Pedro".
Qué cosas.
¿Será un virus? El correo
tení­a muchas "kas", podrí­a serlo.
Bueno lo abrirí­a de todas maneras, total de
infectarse algo serí­a el ordenador del hotel.
Y ese fue mi error, o quizá mi salvación no lo sé, pero
cuando lo abrí­ casi paso directamente de la sala de ordenadores a la enfermerí­a
del hotel.
Vaya palpitaciones me dieron, no podí­a ni respirar.
Me ahogaba.
Vamos
lo que viene en llamarse un ataque de ansiedad.
Reconozco los sí­ntomas
perfectamente.
Los explicaron en un telediario de Antena 3.
Y es que en los
informativos de esa tele, fijaros si no, te cuentan una enfermedad diaria.
Pero no perdamos el hilo.
El caso es que el tal Felipe Gómez
sólo me escribió dos lí­neas:
"Abre los archivos adjuntos.
Un amigo.
"
No sabí­a que tení­a amigos tan locuaces.
Abrí­ los archivos,
tres concretamente, tres fotos.
La primera me provocó el ataque de ansiedad, la
segunda un amago de infarto y la tercera la trombosis cerebral.
Bueno, quizá
exagere, pero algo parecido fue lo que sentí­.
La primera foto es de mi marido besándole una teta a la
guarra de Pilar, su compañera de trabajo.
En la segunda, la cerda de Pilarica
aparece chupándole el pene a Pedrito, él, lógicamente, está ya con los
pantalones bajados.
Y en la tercera el hijoputa de mí­ casi ya ex marido penetra
por atrás a la mala ví­vora y zorra esa.
Y casi que esto no es lo peor.
Lo más humillante es que
reconozco el escenario de las fotos y las ropas que lleva Pedro.
Es su traje de
BODA y esas fotos están echas en los servicios de la sala de fiestas donde
celebramos NUESTRA boda.
Es decir, se la tiró el dí­a, se supone, más feliz de
nuestras vidas.
Por el estado en el que se ve la corbata en esas imágenes
calculo que tardó unas cinco horas en ponerme mis primeros cuernos de casada.
Y
el muy cerdo me dijo esa noche al llegar al hotel que estaba muy bebido para
consumar el matrimonio, que casi que lo dejábamos para el dí­a siguiente.
Con mis 25 años soy la envidia de mis amigas y compañeras de
trabajo y el objeto del deseo de todo macho viviente.
Con mi metro setenta y
cinco, mi melena rubia natural, mis tetas firmes, mi coño rasurado, mi culo
macizo, mi cara de tí­a buena y, por si te faltaba algo, con mi doctorado en
biologí­a molecular; con todo eso, tú, el dí­a que me caso contigo prefieres
follarte a la doble de Dolly Parton.
Pues muy bien, ahora te vas a enterar de
quien es tu futura ex mujer.
La primera de mis venganzas no tardaste en sufrirla.
Sí­,
querido Pedro, la diarrea aguda que padeciste no fue porque la langosta con la
que babeabas a la hora de la comida estuviera en mal estado sino por los polvos
contra el estreñimiento que te eché.
Quizá me pasé vaciando las 30 dosis enteras
en tu copa de vino.
No me extraña que le dijeras al camarero que estaba picado.

Tampoco que él te mirara con expresión de "eres un garrulo".

Pero mi objetivo no fue causar daño fí­sico.
Mi objetivo era
que te quedaras en la suite nupcial cagando toda la velada para yo tener ví­a
libre.
Como comprenderás no me podí­a perder el espectáculo folclórico que esa
noche ofrecí­a el hotel.
Pero, fí­jate, al final cambié el programa y yo misma me monte
mi propio espectáculo.
Y desde el principio tuve bien claro a quien deseaba como
protagonista masculino del show.
Me habí­a fijado bien en él desde el primer dí­a en el hotel,
pero claro como yo era una esposa recién casada, sólo le miraba como parte del
paisaje, bonito eso sí­, pero mero paisaje.
Luego me hicieron gracias sus
ocurrencias.
Estando tumbada en la piscina del hotel tomando tranquila el sol,
lo menos que deseaba era que alguien me sacara a bailar pero con su alegrí­a
vital y sus tablas en el escenario lo logró, y no sólo a mí­, prácticamente nos
puso a danzar y a hacer el ridí­culo a todos los presentes con esas coreografí­as
horteras de canciones tontas de verano.

Como animador de un complejo turí­stico es de lo mejor que he
visto.
Porque animar.
.
.
¡Vaya si animaba! Pero terminó de ganarme para su causa
cuando me sacó de pareja de baile.
Pedro no estaba, creo que se habí­a ido a
dormir la siesta.
í‰l pidió voluntarias para una clase de salsa.
No faltaron,
cinco o seis chicas levantaron la mano, yo, desde luego, no lo hice.
Pero él se
fue directo hacia a mí­, me obligó a mi pesar a incorporarme y más que enseñarme
a bailar me meneó como quiso.
A mí­ nunca me han gustado los tí­picos machitos con
imagen de latin lover pero, claro, es que nunca habí­a tenido uno cerca.
Y
Manuel, el animador cultural del hotel de quien os hablo, estuvo muy cerca de mí­
aquella tarde.
Qué bueno estaba, qué moreno, qué ojos negros, qué músculos, qué
culo.
.
.
en fin, una joya
Pero yo insisto, hasta que no vi las fotos de mi marido
follándose a la guarra de Pilar, Manuel era parte del paisaje y nada más.
Pero
la cosa ha cambiado y ahora Manuel se ha convertido en el instrumento de mi
venganza la, nunca mejor dicho, dulce venganza.
Mi objetivo no iba ser fácil, era conciente de que Manuel
tení­a detrás a una larga cola de mujeres de todas las edades derritiéndose por
irse a la cama con él.
Yo iba a ser una más pero estaba convencida de que lo
lograrí­a.
Me puse para ello las galas que, creo, mejor me sienta.
Un vestidito
naranja de verano de tiras y escote pronunciado.
Lo llevaba sin sujetador y con
la espalda completamente al aire.
La falda ajustadita llegaba hasta la rodilla y
esperaba que fuera más que evidente que tampoco tení­a bragas puestas.
Cuando llegué a la discoteca del hotel Manuel estaba sentado
en una mesa junto con tres mujeres muy guapas y otro de los animadores, también
de muy buen ver, por cierto.
Me hice la despistada como buscando a alguien y
cuando me crucé con su mirada le sonreí­.
No estoy acostumbrada a hacer estas
cosas, pero así­ es como se liga en las pelí­culas y no se me ocurrió otra cosa.

Una vez que él reparó en mi presencia me fui a la barra a pedir una margarita.
No tardó en llegar y ponerse a mi lado.
Pidió un daiquiri y
como quien no quiere la cosa me preguntó.
.
.

- ¿Mire qué hace usted tan sola por aquí­ ahorita? ¿No le
acompañó su esposo?- me dijo.
- No, está durmiendo y yo esta noche no tengo mucho sueño.

Así­ que me he dicho.
.
.
¿Por qué no bajas a tomar una copa y a hacer amigos? Y
aquí­ estoy, a ver qué tal se da la noche ¿tú que crees?- dije en un ataque de
estúpida verborrea impresionada por la morenaza presencia de Manuel.
- Pues ha venido al lugar indicado.
Siéntese con nosotros si
quiere.
No supe que responder.
No me apetecí­a nada ir a esa mesa
donde estaba, además, la competencia sentada.
Yo lo que querí­a es que me llevara
algún lugar donde folláramos como locos.
- No gracias Manuel, estoy bien aquí­ pero ve tú, no te
molestes por mí­.
- No me gustarí­a dejar sola a una mujer tan hermosa como
usted.
Ay, por dios, qué cosas me dice este hombre, sí­ parece salido
de una pelí­cula del Richard Gere.
- Bueno, vale, pues entonces no me llames de usted, llámame
Eva, que es mi nombre.
- Encantado de conocerte Eva- dijo besándome las mejillas.
Estuvimos un buen rato hablando mientras nos tomábamos las
copas.
Al principio fue ameno, Manuel sabe dar conversación a una mujer, pero el
caso es que éramos interrumpidos constantemente por chicas que se acercaban a
saludarle.
A él se le iban los ojos con frecuencia hacia ellas y yo me temí­a que
de un momento a otro se me escapara.
Además, cuando nos quedábamos solos de
nuevo, él se quedaba despistado, perdí­a el hilo, y como tampoco nos conocí­amos
de nada pues nos quedábamos sin tema de conversación, sometidos a un tenso
silencio hasta que alguno de los dos soltaba algún tópico ridí­culo para salir de
la situación.

No era plan y yo me dije a mi misma: Chica, o espabilas y te
dejas de cortejos de peli mala o te quedas sin Manolito.
- Mira Manuel, voy a ser sincera.
Voy sin bragas ni sujetador
y lo que yo quiero esta noche es que tú, y si es posible un par de amigos tuyos,
me folléis, o me cojáis como decí­s en México, toda la noche hasta que caiga
exhausta.
¿Cómo lo ves?
Manuel, acostumbrado como estaba a recibir ofertas sexuales
todas las noches se quedó blanco con mi declaración de intenciones, pero yo
logré mi objetivo.
Y así­ me lo hizo saber, tartamudeando, eso sí­.
- Cla.
.
.
claro, claro.
Vo.
.
.
voy a buscar a dos compañeros
que seguro que te agradan.
Espérame un momento Eva.
No tardo en regresar con su compañero el animador y con otro
chico que jurarí­a que era el camarero que me sirvió la margarita.
Ambos estaban
buení­simos también, a lo mejor no tanto como Manuel, pero casi.
- Eva, éste es mi amigo Juan otro animador del hotel y
Ernesto experto en cócteles.

Besé a los dos y sin perder más tiempo dije.
.
.
- Bueno, mi habitación está ocupada por mi marido, así­ que,
¿disponéis vosotros de alguna dependencia que pueda servirnos para iniciar
nuestros menesteres?
- Ninguno de nosotros tiene habitación en el hotel pero a
esta hora está cerrado el recinto de la piscina y nosotros tenemos llave.
Allí­
no nos molestará nadie- propuso Manuel.
- Pues a qué esperamos.
Llegamos al recinto ajardinado sugerido por Manuel.

Efectivamente no habí­a nadie allí­, y como estaba cubierto por grandes palmeras
que impedí­an que fuéramos observados desde el hotel, nuestra intimidad estaba
más o menos salvaguardada.
Estaba ansiosa por empezar así­ que me tiré hacia el
cuello de Manuel y directamente le metí­ la lengua en su boca.
Mientras besaba a Manuel enseguida noté como desde atrás
alguien me agarraba con fuerza las tetas.
Giré la cabeza y comprobé que eran las
manos de Juan, el otro animador.
Para facilitarle su trabajo me despojé del
vestido y me mostré ante ellos completamente desnuda.
Aquellos tres machos
supermachos se quedaron mirando mi cuerpo como si fuera el primero de mujer que
veí­an en su vida.
Qué subidón de autoestima.
Fue Ernesto, el camarero, el primero en desnudarse, lo hizo
en un par de rápidos movimientos.
Me cogió de la mano y me llevó hasta la
piscina.
El se metió primero, por la parte que no cubre, y me tendió los brazos
invitándome a que le siguiera.
Así­ lo hice.
Me sumergí­ y al salir él me esperaba
para besarme y magrearme.
Ernesto besaba muy bien, su lengua se moví­a lenta y diestra
en el interior de mi boca.
Al tiempo me tocaba mi monte.
Yo ya estaba bastante
receptiva.
Percibí­a sus hábiles caricias y aumentaba mi calentamiento.
Volví­ a
notar como alguien me cogí­a de nuevo mis tetas desde atrás.
De nuevo era Juan.

Giré el cuello para besarle, saque mi lengua, él la suya, y las juntamos.

Seguí­ besando a aquellas dos maravillas masculinas hasta que
descubrí­ a Manuel desnudo sentado en el borde de la piscina con las piernas
dentro del agua.
Me deshice de los dos hombres y me fui hacia él.
Directamente
hacia su polla.
Me la metí­ en la boca estaba ya bastante empalmada pero sabí­a
que aún podí­a dar más de sí­.
La engullí­ con gusto.
Lamí­ su base, luego su glande
suavemente, y luego me la metí­ en la boca succionándola a un ritmo lento.
No es
que me apasione comer pollas pero, oye, aquella la estaba disfrutando.
Serí­an
las ganas.
A los otros dos chicos debió de darles envidia porque se
colocaron en la misma posición que Manuel, sentados en el borde esperando su
turno para la mamada.
No les defraudé.
Me dirigí­ a la de Juan y repetí­ la misma
técnica que con Manuel.
í‰l cerró los ojos y se abandonó al disfrute.
Pasado un
tiempo prudencial cambié otra vez de polla, a la de Ernesto, pero esta vez mis
chupadas fueron acompañadas de unos fantásticos toqueteos de Manuel en mi
coñito.
Me cogió desde atrás y mientras me besaba el cuello me masturbaba.

Ernesto fue otro beneficiario indirecto de esos tocamientos porque animada por
el placer que me estaba causando mi animador preferido, chupé su polla con
voracidad.
Fue Manuel quien asiéndome de las nalgas me sacó de la
piscina y me colocó en el suelo.
Desde el agua, donde él permanecí­a, abrió mis
piernas y dirigió su boca hacia mi hospitalaria vulva.
¡Cómo lamí­a aquella viril
belleza mexicana! Creo que no dejó ni un solo rincón de mi vagina por chupar.

Aparecieron mis primeros temblores de placer de la noche y me habrí­a corrido si
no me hubiera desconcentrado una polla golpeándome la cara.
Era la de Juan.
Me la metí­ en la boca mientras seguí­a disfrutando de las
caricias de Manuel.
Ernesto también me dejó su verga a mano, y nuca mejor dicho.

Así­ que alterné la chupada al animador y la paja al camarero para luego cambiar
e invertir los términos.
Pero la sensación de la noche, estaba por llegar.
Manuel
salió de la piscina para colocarse encima de mí­.
No tardé mucho en notar el
glande de su potente verga contactar con mis labios mayores.
Lentamente se
adentró en los menores, luego disfruté de su llegada a la entrada de la cueva y
casi me desmayé cuando definitivamente la insertó en mi coño.
Jadeaba como
posesa a pesar de tener la polla de Juan en mi boca.
Manuel me folló como quiso.
Yo seguí­a chupando los miembros
de Juan y Ernesto alternativamente pero lógicamente menos concentrada.
Al rato
Manuel se cansó y cambio de postura.
Me puso a cuatro patas y yo me dejé.

Ernesto se colocó también detrás y mientras Manuel me penetraba él complementaba
mi placer acariciando la parte superior de mi clí­toris.
Para mayor goce todaví­a
Manuel también masajeaba mi ano, llegando a introducir un dedo en él, y yo
mientras chupaba y chupaba el falo de Juan.
Me sentí­a en la gloria y no tardaron
en llegar los primeros espasmos de placer.
Solté la polla de Juan y me corrí­
jadeando con frenesí­.
Que suerte ser multiorgásmica en estas ocasiones.
Manuel sacó su pene de mi vagina pero enseguida Ernesto le
sustituyó.
Yo seguí­a a cuatro patas lamiendo a Juan pero Manuel también quiso su
dosis.
Me comí­ entera su erecta verga en agradecimiento por lo bien que me lo
habí­a hecho.
Pero a los pocos segundos la sacó, él mismo se la meneó y de ahí­
empezó a salir un buen chorro de semen que cayó directamente sobre mi cara.

Ernesto seguí­a a lo suyo, pero llegado un momento sacó su
polla de mi coño y se dirigió a chuparme el culo y el ano mientras me lo
dilataba con uno y dos dedos.
Juan mientras se colocaba debajo de mí­.
No daba
abasto, hací­a lo posible por facilitar el trabajo a los dos hombres.
Todaví­a
tuve unos segundos para fijarme en Manuel que se habí­a tumbado a descansar con
su miembro ya flácido después de correrse en mi cara.
Juan, ya debajo de mí­ me insertó su miembro en mi coño.
Otra
vez estaba siendo follada y otra vez me vení­an oleadas de placer.
Ernesto seguí­a
dale que te dale chupando mi culo y metiéndome dedos.
Suponí­a que no iba a
tardar en penetrarme por atrás.

Ese agujero sólo habí­a sido explorado una vez por un novio
anterior a Pedro aunque mi marido creí­a que yo era virgen por ese lado.
Pues no,
no lo era y además ahora estaba dispuesta a entregárselo otra vez a aquel guapo
mexicano.

No tardó en metérmela.
Qué impresión, aquello no iba a caber
allí­.
Pero yo me dejé hacer.
El dolor que me produjo su inicio de penetración
era amortiguado por el placer que Juan que me estaba provocando.
Al final logró
meterla entera hasta el final.
Estaba siendo penetrada por dos hombres a la vez.

Siempre habí­a creí­do que aquello era una leyenda, que era fí­sicamente imposible
llevar a cabo esa empresa.
¡Ay! Qué ingenua pudo llegar a ser.
No sólo era posible sino que aumentaba el placer por dos,
tres o cuatro.
Las embestidas de uno y de otro me estaban llevando a un segundo
orgasmo.
De nuevo aumenté mis jadeos, no podí­a controlarme.
Mis movimientos
estaban limitados por aquella empanadilla de hombres sobre mí­ pero aún así­
temblé todo lo que pude y me corrí­ gritando.
Aquel sonido debió de escucharse
hasta en California, pero me daba igual todo.

Nada más mitigarse mi orgasmo noté el semen de Ernesto
derramarse en el interior de mi culo.
Sacó su polla y me dejó sola con Juan que
seguí­a follándome.
Pero pronto se apartó.
Me hizo ponerme de rodillas y colocó
su pene entre mis tetas.
Me afané en apretarlas y darle placer con mis pechos al
otro animador.
Al final, al igual que habí­a hecho Manuel cogió su propia polla y
meneándosela se corrió en mi cara.
Me quedé tumbada un buen rato estirada en aquel suelo húmedo.

Los tres chicos se acercaron a mí­ lado y también se quedaron allí­ reposando.

Me habí­a quedado muy satisfecha pero todaví­a era posible más
y esa noche iba a por todas.
Tras un par de minutos de descanso me recosté sobre
el pene flácido de Manuel y me lo metí­ en la boca.
Lo chupé distraí­da sin
esforzarme demasiado pero empezó a crecer y a crecer.
Una vez estuvo
completamente erecto sí­ lo succioné con mayor interés, metiendo y sacándolo de
mi boca.
Cuando consideré que era el momento oportuno me monté encima de Manuel
y comencé a follármelo de nuevo.
Primero lento, mi coño tampoco estaba ya para muchos trotes
pero luego, animada por las nuevas oleadas de placer, aumenté la cabalgada.
La
escena debió de animar a los otros que de pie colocaron sus penes a la altura de
mi cara.
Los chupé alternativamente e incluso en un par de ocasiones me los metí­
los dos en la boca.
Aquella noche estaba yo experimentadora.
En plena montada escuché la voz jadeante de Manuel
- Oye Eva, quisiera cogerte por atrás.
Sin decir nada me levanté de encima de él.
Me volví­ a colocar
a cuatro patas.
Pero él me corrigió.
Se sentó él en el suelo y me colocó encima
de él.
Estuvo unos segundos buscando con su verga mi agujero.
Costó pero me la
volvió a insertar.
Vaya follada por el culo que me metió aquel morenazo.
Yo en
esa posición lo tení­a fácil para acariciarme el clí­toris al mismo tiempo que
acogí­a sus embestidas.
El placer era tremendo.

Pero Juan y Ernesto también quisieron participar.
Manuel,
generoso, se separó de mi culo.
Me dejaron tumbada boca a arriba.
El primero en
llegar fue Ernesto.
Me levantó las piernas y comenzó penetrarme, esta vez por
adelante.
Lo hací­a bien, moviendo su culo y cambiando de ritmo hasta lograr uno
que nos satisficiera a los dos.

Qué bien follaba Ernesto también.
Estaba a punto de llegar a
mi tercer orgasmo de la velada pero él paró y le dejó el turno a Juan.
Menos mal
que el relevo fue rápido.
El animador lo retomó donde lo habí­a dejado el
camarero y tras un par de minutos de acoplamiento yo me dejé llevar otra vez.

Esta vez tuve convulsiones por todo el cuerpo.
Alcance el éxtasis con los ojos
cerrados y sin que Juan parara de follarme.
Cuando notó que yo habí­a terminado de forma satisfactoria
también se salió.
Abrí­ los ojos y me encontré a los tres mirándome sin saber que
es lo que tocaba ahora.
Yo les dije:
- Venid chicos, terminemos esto con un buen baño de semen.
Colocaron sus penes alrededor de mi boca y yo fui meneándolos
y chupándolos hasta que uno a uno se fueron corriendo sobre mi cuerpo.
Primero
Manuel, luego Juan y para terminar Ernesto.
Acabé extasiada de tanto semen.
Que sensación de poderí­o
sexual llevaba encima.
Me sentí­ en la gloria habiéndome follado a aquellos tres
cuerpos, siendo penetrada por todos mis orificios.
Me sentí­a, no sucia, sino
esplendorosa toda mojada por su leche.

Me quedé un rato con los ojos cerrados tumbada en el suelo.

Hasta que escuché la voz de Ernesto.
- Yo debo volver al bar o el jefe podrí­a enojarse por mi
ausencia.
- Nosotros también debemos irnos, Eva, debemos animar el
karaoke de la discoteca- me dijo Manuel

- Id, id.
A mí­ ya me habéis animado bastante.
Pero os pedirí­a
que me dejárais la llave del recinto y luego os la devuelvo en el bar.
Me quiero
dar un baño en piscina.
- No hay problema.
Se vistieron y me dejaron sola.
Estuve nadando un buen rato
relajada y satisfecha sin atisbo de culpabilidad.
La venganza habí­a sido mejor
de lo que yo esperaba.

Casi una hora después me acerqué a la discoteca y
discretamente le devolví­ la llave del recinto de la piscina a Manuel.
A
continuación subí­ hasta mi habitación.
Al entrar, mi marido seguí­a defecando en
el baño, quejándose del dolor que le asolaba por todo el cuerpo.
Qué pena.
Sin
preguntarle por su estado ni darle ningún tipo de explicación sobre lo que habí­a
hecho me acosté, él tampoco estaba para muchas disquisiciones.
En esos momentos
sólo tení­a una preocupación, aplacar la marea negra.
Dormí­ bastante bien esa
noche.
Al la mañana siguiente lo primero que hice fue bajar a la
agencia de viajes del hotel.
Cambié mi billete de regreso.
Tuve que pagar un
recargo importante pero logré un vuelo a Madrid para esa misma tarde.
Luego me
pasé por la sala de ordenadores e imprimí­ el álbum de boda de mi marido con su
querida Pilar.
Subí­ a la habitación y le dije a Pedro que fuera al médico del
hotel para que le recetara algo.

í‰l se marchó casi sin poder andar y yo aproveché para hacer
mi maleta.
Cuando terminé coloqué las fotos en la cama y le dejé una nota antes
de marcharme al aeropuerto:
"í‰sta es la verdad sobre mi marido Pedro.
Adiós"
Sí­ tenéis algún comentario que hacerme será bien recibido:

POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO