jueves, 23 de junio de 2011

Noche calurosa

Era una calurosa noche del mes de Julio, Eva estaba tendida en la cama con el cuerpo sudoroso intentando sofocar el calor con el ventilador funcionando a máxima potencia. De vez en cuando abría los ojos y observaba como giraba intentando abarcar toda la habitación, pero no era suficiente. El aire la acariciaba y sentía como el sudor se enfriaba sobre su cuerpo, pero no era suficiente. Cada vez sentía más calor, pero le venia de dentro, siempre del mismo sitio. Nunca conseguía apagaría. Lentamente abrió las piernas Y el aire le cosquilleó en el pubis, provocándole un leve estremecimiento. Empezó a acariciarse los pechos, que eran grandes y turgentes con duros y negros pezones sobre una piel rosada, con las caricias aun se endurecieron más y de su garganta salió un gemido. Sin poder evitarlo, su mano derecha bajó por su vientre hasta encontrar el punto deseado, y empezó a acariciarlo, su c1ltoris reaccionó a la presión y su vagina se humedeció aún más llegado a este punto tubo que buscar ayuda, y la encontró en el cajón de la mesita de noche. Allí tenía todo lo que necesitaba. o casi. Cogió un enorme falo doble con vibrador incorporado y empezó a chuparía, imaginando que era la polla de algún tipo con el que había ligado. Se acarició las tetas con él y finalmente se lo metió en la chorreante vagina, lo metía y sacaba lentamente mientras se acariciaba el clítoris cuando la tensión se fue haciendo mayor metió la otra punta en su culo y comenzó un ritmo frenético metiendo y sacando la polla cada vez más deprisa. Ansiosa por alcanzar el éxtasis cambió de posición para lograr una penetración más profunda y empezó a cabalgar sobre su doble polla, que entraba y salía rítmicamente de sus dos agujeros. De pronto se tensó y de su garganta salió un grito que inundó la habitación. Se habla corrido. Se desplomó en la cama momentáneamente satisfecha y dejó que sus músculos se relajaran. Su vagina y su culo habían soltado su presa y sentía como los latidos de su corazón volvían a la normalidad. Pero el calor aún seguía y ahora era más intenso, ni el ventilador ni haber follado habían logrado sofocar el calor. Decidió que necesitaba algo más fuerte y salió en su busca. Siempre que iba de caza se ponía ropa que dejara ver su cuerpo, con vestidos bien ceñidos y por supuesto sin bragas ni sujetador. Cogió un taxi que la llevó al centro de la ciudad, las calles estaban llenas de gente que intentaba pasar el calor tomando refrescos en las terrazas de los locales. Siguió andando y llegó a la puerta de una discoteca. Era un buen lugar, lleno de jóvenes hermosos dispuestos a todo. Entró y pidió una copa y empezó a bailar al son de la música. no tardó en fijarse en alguien. Primero le vio por detrás y le pareció bien proporcionado, espalda ancha y un culo bien puesto, de cara aún fue mejor, al cabo de un rato intentó un acercamiento y se puso a bailar muy cerca. de forma sensual, entreabriendo los labios y humedeciéndolos con la lengua, el chico la observaba con interés la cogió por la cintura y se pegó a ella que empezó a frotar su cuerpo con el de él. Entonces apareció una chica y se puso en medio, al principio se sorprendió, pero les siguió el juego. Sin decir nada les cogió de la mano y les llevó fuera del local. - ?Os apetece venir a mi casa? - ?Por qué no? ?Vives muy lejos? - En las afueras. ?Tenéis coche? Sin mediar más palabras se dirigieron al aparcamiento subieron al coche y Eva les indicó el camino. Cuando llevaban un rato circulando, el chico paró el coche en el arcén y su acompañante se bajó para subir en la parte posterior, aliado de Eva. Reanudaron la marcha y las dos chicas empezaron a besarse, sus húmedas lenguas recorrían el interior de sus bocas con avidez. Eva se sacó el vestido, dejando su cuerpo totalmente desnudo. Ella hizo lo mismo. - ?Cómo te llamas? -preguntó Eva - Ruth Y él es Joel y no hablaron más. Sólo se tocaron, Ruth acariciaba los pechos de Eva y cogiéndolos con las dos manos se los llevó a la boca mordisqueando sus pezones. Lamiéndolos con fruición, mientras, Eva jugueteaba con el c1ítoris de Ruth, metiendo y sacando un dedo de su húmeda vagina. Joel las observaba de vez en cuando a través del retrovisor. se estaba poniendo cachondo, tenía la polla dura y le dolían los huevos, no sabía qué hacer, si parar y follárselas allí mismo o continuar hasta la casa de la zorra y poder follar con más tranquilidad. Optó por lo segundo, ya que faltaba poco para llegar. Mientras. las dos hablan cambiado de posición, Ruth estaba estirada y Eva sentada encima suyo frotaba su coño con el cuerpo de Ruth hasta llegar a su cara, donde le espera una lengua larga y afilada que se metía por su raja como una flecha, no tardó en correrse, se convulsionaba y sus caderas se movían frenéticamente al ritmo de aquella lengua que la hacia volver loca. Se apartó de la cara de Ruth, que estaba bañada de sus fluídos y se dirigió a su coño, estaba muy húmedo y su clítoris hinchado, empezó a lamerlo y a succionarlo, sus dedos entraban y salían de aquella vagina que parecía tener dientes, ya que los aprisionaba con tanta fuerza que le hacían sentir dolor. Ruth apretó aún más durante unos instantes y finalmente los expulsó con violencia, se había corrido. En ese momento el coche se detuvo, habían llegado, las chicas no se molestaron ni en ponerse los vestidos y Joel que tenia la polla fuera del pantalón, entraron en la casa sin encender las luces. Eva los condujo a su habitación, allí tumbaron en la cama a Joel y le desnudaron. Su polla estaba dura y erguida, era de un color morado intenso y el capullo sobresalía de su tronco como la copa de un árbol Eva se la metió en la boca y la chupó con deleite, Ruth a su lado le lamía los huevos y el escroto, Joel estaba muy excitado y no tardó en correrse en la boca de Eva, llenándola de leche. Dejaron a Joel descansar y empezaron a juguetear ellas dos, aunque no tardaron en ser tres, ya que al verlas Joel se puso cachondo. Se lamían, chupaban y metían los dedos en todos sus agujeros, entonces Joel puso a Ruth a cuatro patas y le clavó la polla en el coño, Eva había cogido su vibrador y jugaba con el mientas le lamía el clítoris a Ruth, estuvieron un rato así hasta que él cambió la polla de agujero abriéndole el culo para metérsela hasta el fondo, Ruth gimió y eso le puso la verga más dura a Joel, que no paraba de embestir cada vez con más fuerza. Eva dejó el clítoris de Ruth y se dedicó al culo de Joel, éste quiso resistirse, pero Eva insistió y le metió un dedo en el ano mientas seguía follando con su vibrador doble. Entonces cogió un tubo de vaselina y untó la polla libre del vibrador y la clavó en el culo del tío, lo cual provocó que la polla se le pusiera aún más tiesa y dura, para satisfacción de Ruth. Y así empezaron a follar los tres a la vez, Eva con su vibrador, Joel follado y follador y Ruth también fallada por el culo, sincronizaron sus movimientos, y sus caderas parecieron fundirse en una sola, era tal la compenetración que se corrieron al unísono, cayendo desplomados en la cama agotados y satisfechos. Se quedaron dormidos, y aunque a Eva no le gustaba pasar la noche entera con sus líos, aquella vez hizo una excepción. Al cabo de un par de horas Eva se despertó, volvía a tener calor, ese calor ardiente que le llenaba todo el cuerpo y que ni haber estado follando durante un buen rato había conseguido aplacar. Se acercó a Joel que dormía plácidamente y se puso su polla en la boca, él se agitó en la cama, pero su verga continuó en la boca de Eva, que la succionaba hasta que consiguió el tamaño óptimo para ser follada. Se puso de pié en la cama y con una pierna a cada lado de Joel, fue bajando lentamente hasta tenerla toda dentro, entonces el chico despertó y con una sonrisa le empezó a acariciar las tetas mientras ella le cabalgaba. Con el movimiento Rut abrió los ojos y también se apuntó, se puso a horcajadas encima de la cara de Joel, que la recibió con su lengua juguetona. Cambiaron de posición varias veces hasta que terminaron follando las chicas con la doble verga en el coño y además Eva con la polla de Joel en el culo. Después de correrse volvieron a dormirse, y esta vez cuando Eva despertó, los dos se habían ido, no habían dejado ni una nota de despedida o un número para poder llamarlos. Eva se sintió sola. Nunca le había ocurrido antes, quizás estaba cambiando. Se dirigió al baño para darse una ducha, ya que en su cuerpo todavía había restos de la lujuriosa noche, y así de paso también se despejaría las ideas. Pasó el resto del día haciendo compras y comió en un restaurante cercano a su casa, no tenía ganas de cocinar y además allí tenían aire acondicionado. Cuando le sirvieron el café, lo hizo un camarero que no había visto antes. Era un chico joven, más que ella, era muy atractivo de piel morena, aunque clara para su raza, tenía los ojos más negros que jamás había visto y su mirada era profunda. A pesar del aire acondicionado, el calor empezó de nuevo. Cuando pagó la cuenta le dio una nota al camarero, que éste le devolvió con un número escrito, el cinco. Ella esperó en la terraza de una heladería situada enfrente del restaurante, ya las cinco en punto, vio como el muchacho salía y se dirigía en su dirección. Aún estaba más guapo y se fijó en su entrepierna, en la que se distinguía un pronunciado abultamiento. Más calor. El helado que se estaba comiendo se derretía sólo con entrar en su boca, imaginando que lo que entraba en su boca era la enorme polla del chico y no el helado. El chico la observaba, esperaba a que ella le dijera algo, miraba su escote que entreabierto, dejaba ver al completo uno de sus pechos. El bulto de su entrepierna creció. Ella lo vio.- ?Hola! Soy Eva ?y tú? - Kemal - Bonito nombre, ?de dónde eres? - De Turquía, pero vivo aquí hace tiempo. El calor subió, conocía la fama de los hombres turcos. Se decía que sus pollas eran enormes. Quería comprobarlo. Estuvieron un rato charlando y luego ella le pidió que la acompañara a su casa, fueron dando un paseo y cuando entraron toda la timidez del chico había desparecido, allí mismo, de pie en la puerta, le arrancó la ropa, se bajó los pantalones y cogiéndola del pelo le metió la polla en la boca. Eva sorprendida y excitada hacia esfuerzos para tragársela, ya que realmente aquel falo era enorme, al menos medía 30 cms. Nunca había visto algo parecido. Kemal la embestía salvajemente y su verga aún crecía más. Casi no podía moverse, estaba atrapada clavada por su polla, pero necesitaba tocarse, su vagina chorreaba mojando el suelo, pidiendo que alguien la follara, así que se metió todos los dedos que pudo y se folló a sí misma a la vez que Kemal, que parecía haberse vuelto loco, se corría en su boca haciéndola atragantar. Sin descanso la cogió en brazos y la llevó al salón, la apoyó boca abajo en el respaldo del sofá le abrió las nalgas y se la clavó en el coño. No se le había aflojado ni un poco, seguía teniendo la polla como una piedra, igual que cuando la tenía en la boca. la penetró hasta los huevos, Eva creía que la iba a reventar, pero era tal el placer que sintió, que se corrió sin que Kemal hiciera más movimientos. Al notar las contracciones de ella, aceleró el ritmo, lo que provocó un segundo orgasmo. Entonces sacó el rabo de su voraz vagina y lo introdujo en su culo con tal violencia que Eva pensó que no lo soportaría, pero su cuerpo funcionaba como un autómata, sin que su sentido común pudiera hacer nada. Con las manos se abrió las nalgas para que la penetración fuera más profunda y apretó su culo contra él, sintiendo oleadas de placer jamás conocidas, alcanzando tal éxtasis que cuando él se corrió, Eva al menos había tenido cuatro orgasmos. La polla de Kemal no parecía desfallecer nunca, seguía estando tiesa, entonces le dio la vuelta y la tendió en el suelo, se sentó encima suyo y cogiéndole las tetas con las manos se hizo una paja con ellas, se la frotaba arriba y abajo mientas le pellizcaba los pezones. Eva inmovilizada por el peso de él no podía hacer nada, más que abrir la boca para recibir el glande de Kemal que se deslizaba entre sus tetas. Estaba muy caliente y todo el cuerpo le ardía y como no se podía tocar el coño se concentró en sus pechos y en la polla que los estaba follando, imaginó que eran una prolongación de su vagina y que cada movimiento de él era como si lo hiciera en su interior, así que cuando le sobrevino un orgasmo múltiple no se sorprendió. Kemal también se corrió y lo hizo entre sus tetas y su cara, su polla seguía tiesa pero parecía que ya tenia suficiente, así que cogió su ropa se vistió y se marchó. Eva seguía tendida en el suelo, semiinconsciente por tantos orgasmos que la habían aturdido, y llena de semen por todas partes. Cuando se dio cuenta, Kemal ya se había ido. Esta vez el fuego parecía apagado. Eva pasó dos días bastante tranquilos, el único recuerdo que le quedaba de lo ocurrido era el escozor en el clítoris y algún cardenal en sus pechos, pero a pesar de todo pudo pasar esos días sin necesidad de salir de caza, ni siquiera de abrir la mesita de noche. El tercer día ya se levantó intranquila, pero intentó resistir hasta la hora de comer y volvió al restaurante donde trabajaba Kemal. El ya no estaba allí y nadie sabía dónde encontrarle. Eva se puso nerviosa, el calor empezaba a crecer y parecía tener una antorcha dentro de su vientre, necesitaba ayuda, no creía que con el vibrador fuera a tener suficiente. Aún y así volvió a casa y sin poder esperar lo metió directamente en los dos agujeros, tubo varios orgasmos, pero ninguno se podía comparar con lo que había sentido con Kemal. Se vistió y salió de nuevo a la calle y buscó un taxi. Por el camino empezó a masturbarse, mientras, el taxista la miraba por el retrovisor. Entonces le pidió al hombre que girara por un camino que se adentraba en el bosque y que parara, se bajó de coche y abrió la puerta del conductor y le cogió la mano para que él también bajara. Le palpó la bragueta notó que tenía la polla dura así que se la sacó y se la empezó a lamer. El hombre no cabía en sí de la sorpresa y tomando la iniciativa la cogió y la sentó en el capó del taxi, abriéndole las piernas, le empezó él chupar el coño que ya estaba muy húmedo y sin poder resistir más la penetró. Eva tubo su orgasmo, aunque no era lo que había deseado, el hombre, poco acostumbrado a las hazañas amorosas, también se corrió, y a diferencia de Kemal su polla enseguida quedó laxa y sin vida. Volvieron al coche y continuaron hacia la ciudad como si nada hubiera sucedido, al llegar, Eva pagó el recorrido y el taxista se marchó sin despedirse. Eva estuvo dando vueltas y llegó a la discoteca donde habla conocido a Rut y a Joel, pero ellos no estaban. Allí, esperó durante una hora por si llegaban, incluso preguntó en el bar, pero nadie les conocía. Desesperada, salió del local, cada vez sentía más calor. En su cabeza se mezclaban las imágenes, veía a Ruth follando con Kemal y a éste metiéndosela por el culo a Joel mientras ella follaba con su vibrador, ya no podía distinguir lo real de lo irreal. Llegó a su casa sin saber como y fue directa a su habitación, buscó en la mesita de noche y sacó su querido vibrador, pero incluso éste no parecía dispuesto a satisfacerla. Se habían acabado las pilas. Entonces recordó que también había comprado un alimentador para enchufarlo directamente a la corriente y así lo hizo. El doble pene empezó a vibrar como nunca lo había hecho antes, Eva casi no resistía la intensidad de las vibraciones y en medio de su locura imaginando que eran las pollas de Kemal y Joel las que la follaban, no se percató que su vibrador habla provocado un cortocircuito y que las cortinas empezaban a arder, al sentir el calor, Eva creyó que era el fuego de su interior que la devoraba, y que todos los diablos del infierno hablan salido para follarla. Cuando los bomberos apagaron el fuego, entre los restos, sólo la cama, el vibrador y Eva no habían ardido. Y así la encontraron, muerta, pero con una sonrisa de satisfacción en los labios y el vibrador todavía metido en sus dos agujeros. Los médicos no sabían si había fallecido por el humo o por una sobredosis de orgasmos, eso si, se había ido feliz.

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