jueves, 30 de junio de 2011

Secretos de una madre

Celia era la madre de una niña llamada Nerea que vino a verme a colegio en el que impartía mis clases. Vino a contarme una historia terrible.

-He venido a contarte algo que llevo en mi conciencia ya unos años desde que Nerea era tan solo un bebé. Creo que como profesora debes saber algunas cosas que tal vez expliquen el comportamiento que la niña puede tener en el Colegio.
Era un sábado, durante toda la noche sentí a mi marido inquieto en la cama moviéndose todo el tiempo. Al despertarnos en la mañana lo sobé sobre su calzón y lo sentí bien caliente. Fui al cuarto de Nerea que dormía muy tranquilamente. Le recordé a mi marido en la cocina que debía hacer una llamada. Así lo hizo, pero con la desagradable noticia que no contestaba nadie en el domicilio. Después de un rato mi marido recordó que el Sr.
presidente de la compañía había viajado fuera del país y estaría todavía ausente por quince días más. La semana pasó sin muchas novedades y de pronto tuve una iluminación. Me quedé desnudita para esperar a mi marido, quien al llegar y verme tenía una sonrisa de oreja a oreja. Se acercó y me abrazo empezando a acariciarme el culito, le agarré el pedazo que saque fuera del pantalón y empezando a acariciarlo le dije: Se me ocurrió una idea genial..., hice una pausa larga y continué, invité a comer a tu encargado de trabajo López ya que es viernes a la noche y de paso quiero que se quede a dormir conmigo. Tú te puedes acomodar en la cama que está en el cuarto de Nerea, deshice el abrazo y seguí con la comida. Quedó parado en medio de la cocina con la verga dando saltitos en el aire. Cuídame la comida que me voy a bañar y a vestir.
Me puse un vestido hermoso que tengo, que amo en especial, que resalta mi culo; me puse tanga y medias negras de rejilla con liguero que hacía mucho que no usaba.
Mi marido abrió la puerta López vino hacia mi con un ramo de rosas rojas, me beso profundamente, luego me dijo, me sentí como un tonto el otro día salí corriendo como un adolescente cuando me dijiste que si lo hacíamos en tu casa. Realmente agradezco tu invitación y será para mi todo un placer dormir con Ud. Pasamos a la cocina y cenamos a la luz de las velas, a cada rato mi marido se encargaba de ver si la nena necesitaba algo. Durante la cena López comentó que le encantaría que fuera su secretaria, si bien sabía que me gustaba mi trabajo me recordó que sólo necesitaría ir dos o tres veces por semana sólo un par de horas, la plata sería un poco más de lo que ahora ganaba y podría encargarme de mi hija y mis estudios con tranquilidad, me pidió que lo pensara. Pasamos al living, donde me desnudé quedando sólo con el tanga y las medias y me dediqué a amamantar a Nerea mientras los hombres estaban sentados uno en cada sillón mirándome mientras tomaban champaña.
Cuando terminé se la alcancé a mi marido, diciéndole que la acueste y fuimos caminando hacia la habitación con López que me acariciaba el culito con suavidad. Me acosté en la cama boca arriba, cuando miré a López se estaba desnudando se notaba su pija bien dura bajo el calzón. Se acercó y sentándose en mi pecho me la dio para que la chupara. Se la mamé un largo rato con sumo placer tratando de sentir al máximo el dulce olor que despedía esa verga que era mía. Fue bajando lentamente y sentí que me la clavaba de golpe; Me empezó a bombear suavemente, estuvo un rato larguísimo dándome marcha, parecía que nunca iba a parar, luego giró y poniéndome encima de él hizo que lo cogiera por otro largo rato, sentí en un momento sus dedos jugando con mi culo y tuve un orgasmo prolongado que grité lo más que pude para que escuchara el cornudo. Me sacó suavemente de encima de él y salió hacia la cocina desnudo, eso me calentaba, que se paseara desnudo por la casa. Volvió con la botella de champaña y me puso al borde de la cama y el de rodillas empezó a servir la champaña sobre mi concha y a chupar con avidez, también me pegaba unas buenas repasadas en el culo. Estuvo un rato larguísimo bebiendo, luego se acerco a mi boca y nos besamos profundamente.
Así al borde de la cama me la clavó de nuevo y me empezó a serruchar con dureza, en ese momento golpearon la puerta. ¿Qué pasa?..., dije con mi mayor voz de puta y sintiéndome llena de pija como me sentía.
Me parece que la nena quiere tomar la teta de nuevo. Ya voy le conteste.
Pensé que sería buena idea ir a por Nerea y darla de mamar delante de López.
Mientras la niña me chupaba y sorbía bien la teta, López se colocó medio de pie y volvió a bombearme esta vez con más fuerza aún hasta que explotamos juntos. Sentir su leche en mi concha me volvió loca. Se acostó en la cama a descansar y mi niña seguía mamando con avidez, Cuando Nerea se sintió satisfecha se la di a su padre y le dije que viniera cuando la niña se durmiese, cosa que no tardó en hacer.
Cuando regresó estaba sentada en la cama y mi marido vio la leche que empezaba a salir de mi concha, se acercó a lamerme como desesperado. Tuve otro orgasmo mientras mi marido me chupaba la concha.
Me dormí con mi mano en la verga de López y mi cabeza en su pecho. Me desperté al sentir que la pija de López jugaba a tratar de meterse en mi boca dormida, me la trague todo lo que pude, me calentaba la situación y pensaba que si fuera mi marido el que hiciera lo mismo le diría que era un desconsiderado y un egoísta. Después de chuparsela un buen rato López se sentó en la cama y me dijo que ya sabía que me había portado mal, me acosté en su regazo con el culo en pompa y empecé a sentir sus cachetadas en el culo, cada vez más fuertes mientras restregaba mi concha lo más que podía sobre su verga que estaba muy dura. En un momento me levantó y se fue desnudo hacia la cocina a buscar el aceite. Siempre le encantaba hacerlo con aceite de cocina, me dejó arrodillada en el piso con el cuerpo apoyado en la cama y él parado detrás mío luego de lubricarme bien con el aceite, me la fue clavando lentamente. Cuanto hacia que no me comía este orto delicioso, por favor!!! . Cada vez me serruchaba y al sacarla dejaba solo la cabeza dentro y me descargaba un cachetazo en cada nalga. Estaba recaliente y acabe como una cerda con este tratamiento. Siguió con el mismo tratamiento por un rato largo hasta que me tomo de la cintura y empezó a bombearme con furia hasta clavarla en el fondo llenándome el culo de su rica leche. Se quedó un rato inmóvil, hasta que salió y se fue a bañar. Se vistió y dándome un profundo beso se despidió recordándome su oferta de trabajo.
Me quedé acostada en la cama culo arriba y llame a mi marido. Aprovecha y hacéme el culito ahora que estoy reabierta y super lubricada con aceite y la lechita de López, le dije. Me la metió y por primera vez sentí que entraba hasta el fondo. Que rica pija tenés, lástima que tú no me hayas podido agrandar el culo así. Que haya tenido que ser un extraño, pero bueno... por lo menos yo lo disfrute mucho y ha sido una experiencia interesante, no? Bombéame, le dije y empezó a darme duro hasta que le dije sentí como te la exprimo con el culo y empecé a apretarlo sacándole en poquito tiempo toda la leche. Me llenaste cerdita, eh..., bueno acostate y descansa. Me levanté y fui a amamantar a Nerea, me sentí plena y dichosa.

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