viernes, 24 de junio de 2011

Casualidades publicas, consecuencias privadas

Mañana viernes. 5 días ya. Y yo no veía que aquello se moviese. ¿Qué hacer? Mi madre no me rechazaba, pero no conseguía llegar más lejos. No comentaba nada de su decisión o de las rosas del pretendiente secreto.

‘dura tarea’ había dicho viudadocta. ‘no podrás ser su pareja nunca’ había dicho viudadocta. ‘serás predecible’. ‘sentir la seguridad interna’. ‘Ya sabe el futuro’.


‘sabe cuando el juego es juego’… ese fue el fallo con la tía Rose. Pensaba que jugaba… Pero al final cedió… ¿no?… se doblegó… ¿no?


‘sabe cuando el juego es juego’… ¿quizás ese sea el problema con todas la maduras que conozco?… demasiado juego…


Pensaba en cómo desarrollar esta parte. Pensé en las maduras que ya conocía. Pensé en como enfocar el problema. Mañana viernes, trabajo. Sábado, mañanada en la cama, mientras mi madre trabaja, y a la tarde-noche la Boheme. Domingo, mi madre al pueblo para ver a mi abuela y yo… día libre.


A partir de ahí una semana. La última semana en Toulouse y en mi actual trabajo. La última semana para quemar a mi madre en la hoguera, si podía. Más aún, podía quemar el mundo, y hacérselo saber a todas ellas, a todas esas maduras,…


Pero tampoco se puede ir diciendo por ahí ‘¡Hola!…quiero follar contigo…’. Y ¿entonces?… ¿cómo se hace eso?…


Se que puede sonar a tópico, pero me quedé dormido vestido sobre la cama. Pensado y pensando. Con la dormidera del despertar esperaba que mi mente se hubiera aclarado con la almohada. Al fin y al cabo, los pensamientos no son inocentes, siempre tienen consecuencias. ¿ciencia infusa?, no… intuición, revelación,… eso era lo que necesitaba.


Pero nada. No había nada. Al marchar de nuevo al trabajo me despedí de mi madre con un beso de buenos días en su cama. Ella también estaba despierta cuando entré. Como si me esperara. Al darnos el beso acarició mi cara. ‘que tengas un buen día…’, dijo con una sonrisa.


“En billar, la carambola más importante siempre es la siguiente, pero si fallas la que tiras no habrá siguiente”.


Paul Norton, Billarista británico (1988)


Ya en el trabajo, tenía poco que hacer. Me habían ido quitando atribuciones y funciones y medios. Poco que hacer. Charlar. Pensar.


Subí a ver al delegado. No estaba, y eso que me había citado él. Me entretuve ‘jugando el juego’ con su secretaria, esa fantasía madura que aparentaba unos 39. Que por cierto me recibió con un… ‘¡Asi que nos dejas..¿eh?’, con mirada alegre y sonrisa abierta.


Jugando, jugando, la dije de ir a tomar café. Total ya era la hora. Ella le pasó los trastos de su ausencia por teléfono a administración y allá que fuimos rumbo a la cafetería…


Mientras bajábamos la escalera pensé ‘Michel… hora de probar… veamos que pasa…’.


Ya en la cafetería, pedimos en la barra y nos sentamos a una mesa, pertrechados con café y pincho. Aunque ya me había fijado en ella en anteriores ocasiones, no había ido más lejos con ella del consabido trato social amigable y un juego más que inocente.


Ese día, como siempre que yo la había visto, estaba espléndida. Vestida como secretaría de dirección que era: tacones, falda ajustada y camisa a juego: atractiva y elegante. Risueña. Alegre. Con un brillo de inteligencia femenina en los ojos.


La conversación surgió intrascendente y banal, acerca de mi decisión, de mi futuro, de mi tiempo en la empresa, de la reacción de la jefatura. Pero conseguí encauzar la conversación hacia temas un poco más profundos y personales.


–‘¿sabes realmente por que me voy?…’


–‘¡no se!…. ¿Por qué te han ofrecido un trabajo mejor…?’


–‘… bueno, claro, por eso también… me voy porque quiero olvidarme de mi mismo y probar de todo… quiero… quemar mis barcos… no se si me explico… ‘.


–’ hmmm… no se… creo que si… ¿algo así como encontrarte a ti mismo…?’


–‘…algo así… si.. verás… aquí hay demasiadas cosas que me atan… me atan los que me conocen… me ata mi pasado… me atan demasiados fracasos personales con mujeres de mi entorno… ’


–‘creo que te entiendo… crees que huyendo a una nueva tierra encontraras la libertad… ’


–‘si… eso es… ‘.


–‘bueno… eso lo entiendo… pero no entiendo los de los fracasos personales… todos hemos tenido algún que otro fracaso… ‘.


–‘viniendo de ti, no lo creo, permíteme que siendo casi nuestra última conversación te lo diga… tu no has podido tener fracasos… ‘.


–‘tu no sabes nada de mi vida… y tu eres un hombre agradable y con futuro… encontrarás tu media naranja… seguro’.


–‘joder Anne, ni que fueras mi madre… yo de momento no quiero mi media naranja… lo que quiero es descubrir la vida, deseo, pasión, placer, desenfreno, lujuria,… eso es lo que yo busco en una pareja…’


–‘vale, vale,… cálmate, que nos van a oir… no he querido ofender…’.


–‘tu nunca me ofenderías… te idolatro demasiado…’


–‘a… a mi… yo no he hecho nada…’


–‘eso creéis todas las mujeres… estás ahí… eso es suficiente para nosotros los hombres… si te hablo ya así es porque es mi última semana aquí… ya no nos veremos más y me lo puedo permitir… ‘.


–‘nunca me dijiste nada, no por nada… no creo que te hubiera dejado, pero… vaya no me gusta ir destrozando corazones por ahí…’.


–‘oye Anne, ¿quieres decirme en serio que una pedazo de mujer como tu, atractiva, elegante, con encanto, inteligente, no se da cuenta de las pasiones que levanta?’.


–‘Michel, te estas pasando… ni te he dado motivos… ni podías tener esperanzas de tenerlos… si me consideras uno de tus fracasos, no lo hagas, nunca tuviste opción… además ni siquiera lo intentaste…’


–‘pues mira, si, eres uno de mis fracasos… siempre soñé en tener un asunto contigo, y si no te dije nada es porque se te ve demasiado feliz…’


–‘te repito que no sabes nada de mi vida… y además te saco demasiados años ya…’


–‘a ver si me aclaro… si un hombre más joven que tu… se te ofreciera para que le tomases como amante a tu conveniencia, sin más requisitos, sin pedirte nada a cambio, con absoluto secreto y discreción… ¿tu dirías que no?…’


–‘¡joder Michel!… vaya formas que tienes de plantear las cosas…’


–‘¡pues perdona, hija!… dada mi situación ya aquí me puedo permitir ese lujo… pero NO me has contestado…’


–‘… no busco liarme con nadie, si es a eso a lo que te refieres…’


–‘no he dicho que lo busques, por eso todos los hombres de la delegación te tienen aparte en estos temas… pero si te hacen el ofrecimiento…’


–‘¡como que todos los hombres de la delegación!… ¿hay más que piensan como tú acerca de mi?’.


–‘No lo se… ni me importa… pero ninguno se te acerca en demasía…’.


–‘pues claro que no… no soy una puta…’


–‘a ver Anne, yo no he dicho que seas eso… pero sigues sin contestarme… no te lo tomes a lo personal si te parece más fácil’


–‘no claro, si lo entiendo… tu lo que quieres es echarme un polvo, aprovechando que ya no nos veremos más, ni remotamente,… eso ya me ha quedado claro…’


–‘pues mira, esa es una opción si,… aunque no era eso lo que yo te planteaba en un principio…’


–‘pues al polvo te digo ahora mismo que ni lo pienses,… y a lo otro… te dejaré con la miel en los labios… y te contestaré con un “haberlo intentado, tio listo”’.


–‘no era mi intención que te enfadaras… lo siento… pero me tomaré esa contestación como un puede que si hubiera sido…’


–‘me temo que te quedarás con las ganas de saberlo… jajajaja’.


–‘admirada Anne, creo que el destino es muy extraño… quien sabe… quien sabe…’


Volví a la oficina con la conversación de Anne en la cabeza. ¿lo había intentado, no? ¿Qué había fallado? ¿el momento, la preparación, el lugar,…? Pero intuí que viudadocta tenía razón en parte, sólo en parte. Una mujer madura, no descarta tener un lío sin compromiso siempre que sea secreto, ocasional y en determinado momento. Creo que todo se basa en descubrir el momento y forzarlo… eso es todo.


Preparé la nota del ramillete de mi madre, como todos los días. No desesperaba de que tuviera su efecto tarde o temprano. En cuanto a la nota del amante ficticio, me costó bastante más de lo habitual. No sabia que hacer, dudaba.


Al final me decidí por aumentar la presión y fabricar una nota cada vez más explicita que, dentro de una estrategia, remataría para el miércoles siguiente. Así que mi texto debía ser un poco más explicito. Al final escribí: ‘hoy viernes, quiero decirte que se algo más de ti, y por eso te ofrezco mi relación sin compromiso ninguno y con la discreción que tu me impongas…’.


Con la cabeza absorta en los posibles escenarios futuros de desarrollo de todo esto, salí del despacho bastante despistado. Pero no lo suficiente como para no ver que las dos mujeres de delegación, Anne y Marie, charlaban en la máquina del agua al lado de la fotocopiadora. La verdad es que no le di la mayor importancia.


Por la tarde llamé a mi madre un par de veces por el móvil. Charlamos de cómo estaba yendo mi salida de la oficina y tal. Incluso me atreví mandarle un par de sms. No era mala idea esta de irla enseñando estas cosas. Podrían tener su juego.


“Un mensaje en una botella es una carta sin destinatario seguro. Es confiar en la casualidad del mar como cartero, y eso es mucho confiar.”


Robert L. Stevenson, escritor británico perdido en los mares del Sur (1845)


Al terminar el día, regresé a casa. Llegué antes a casa que mi madre, y para hacer tiempo, intenté chatear un poco. Ni rastro de viudadocta. Ni rastro de rosaroja.


Así que medité mi charla con Anne. Todo había acabado en un ‘no te digo que no’. Además estaba la confirmación de que algo pasaba en su vida, al menos no reconoció ser feliz. Con el tiempo he descubierto que no hay nadie feliz, todos queremos más felicidad.


Me decidí por escribir un mail de disculpa y agradecimiento, para enviárselo el lunes desde la misma oficina. ¿quién sabe?


Para: Anne Charpentier


De: Michel Fourier


Asunto: Petición de perdón


Hola Anne:


Por favor lee estas letras. No me borres sin más por una falta que haya cometido. Quiero pedirte perdón, de todo corazón, si te he llegado a ofender en algo.


Se que los hombres y las mujeres pensamos cosas distintas con respecto a las relaciones de pareja. Lo que para los hombres suele ser un ofrecimiento sincero, para las mujeres, que realmente sois las que os entregáis, os parece de una moral rayana en el libertinaje, en el fraude, en la mentira, en la vulgaridad.


No te tengo por puta, Dios me libre. Ni tan siquiera por mujer dada al escarceo. Perdona mi atrevimiento el otro día. Solo quise convertirme YO en tu amante, aunque fuese una vez. Nunca he pretendido que fueras tu mi amante.


Sólo pretendía darte, sin más, todo aquello de lo que sea capaz, aunque no lo sepa aún, sin más. Que hicieras conmigo realidad tus sueños más profundos, sabiendo que los acataría.


No pretendía que tu fueras la madrina de mis sueños. Más bien pretendía ser un invitado en los tuyos. Que me enseñaras a navegar por el mundo del deseo y de la pasión.


Ahora comprendo que no era el momento ni el lugar de habértelo hecho saber, pero ¿hay momento y lugar?. Tómamelo como la metedura de pata de un hombre sin demasiada práctica en su relación con las mujeres.


Estaré siempre a tu disposición para lo que tu quieras. Lejos, pero cerca, si tu quieres.


Un beso


Michel


Tuve que terminar mi mail casi a la carrera, pues llegando al final sentí la puerta de la casa. Lo guardé en mi pen drive, y salí a buscar a mi madre. Traía mala cara, entre seria, preocupada y apagada.


“Lo malo del espacio es que no sabes porque diablos flotas”


Michael Collins, astronauta (1970)


Dejé que las cosas siguieran su cauce hasta que ella decidiera dar el primer paso, y permanecí callado. Era como si yo no existiera. Dejé llegar el café y el momento del sofá en el salón.


Cuando intenté darla un masaje en los hombros, ella me tomo las manos y me indicó que lo dejara y me sentara. Quería hablar conmigo de ciertas cosas importantes. El diálogo lo recuerdo mas o menos como sigue.


–‘Michel… lo que has pensado es que nos vayamos los dos a Lyon’.


–‘Lo sigo pensando… si tu quieres’.


–‘Déjame seguir por favor… quieres que nos vayamos a otra ciudad, que deje mi trabajo,… que seamos como tu dices como una pareja de verdad… pero… creo que no has pensado en las consecuencias… ‘


–‘Mamá… es cierto que te quiero como pareja… de verdad… no sabes lo que deseo darte todo lo que pueda… ser tu hombre para lo que necesites… no quiero que haya malas consecuencias para ti… es lo único que no quiero… ‘.


–‘Michel… no te oyes hablar… soy tu madre… soy mucho mayor que tu… tu tienes toda la vida por delante, y yo llegaré mucho antes al final… me ha encantado recibir tus ramilletes, tus notas, tu presencia todos estos años… de verdad… no creo que siquiera sepas que mi despacho está muy triste cuando no están tus flores los sábados en él… pero no te puedo dar lo que tu quieres… ‘.


–‘puede que seas mi madre… pero eres la mujer más esplendida que conozco… nos compaginamos a las mil maravillas… y te guste o no, somos una pareja de hecho desde hace mucho tiempo…’.


–‘No has pensado en las consecuencias, en el futuro,… no debes atarte a mi, cuando yo tenga 60 años tu tendrás 40 y seguramente antes ya habrás encontrado a la que sin duda será tu pareja en todo tu corazón…’


–‘eso no es obligatorio que pase… y además estoy dispuesto a cumplir las reglas que tu me fijes… ‘


–‘no pienses sólo en ti… yo también puedo encontrar a alguien en el futuro… ‘.


–‘mama, conmigo siempre serás libre de ir con quien quieras, cuando quieras, te quiero demasiado para hacerte daño…’


–‘Michel me estas proponiendo vivir en incesto… es muy fuerte… no se como tan siquiera puedes llegar a planteármelo… ‘


–‘Mama… yo te deseo… creo que eres una mujer maravillosa… creo que te puedo dar grandes momentos de placer totalmente nuestros, y de nadie más… creo que tu puedes enseñarme a disfrutar del placer mejor que cualquier mujer… ‘.


–‘tarde o temprano querrás tener una familia… piénsalo’.


–‘si te tengo a ti no necesito más familia… ‘


–‘pero ese momento llegará…’


–‘bien… si tan convencida estas… deja que ese momento llegue… y entonces tu decidirás que haremos… ‘.


–‘no quiero ser tu juguete, ni tu capricho… ni que tu seas el mío… te lo digo desde ya… todo esto no me parece ni medio normal y me parece mentira siquiera que estés hablando seriamente de algo más… en el futuro, aunque vivamos juntos como tu pretendes… aunque sigamos viviendo juntos como yo te digo… si ese momento de compromiso llega para cualquiera de los dos, el otro deberá abandonar… cada uno debe seguir su vida con total normalidad‘.


–‘por mi está bien… Si eso es lo que tu quieres, pero no es lo que yo quiero… yo quiero una vida compartida entre los dos… al menos como hasta ahora… ¿vendrás entonces conmigo?…’


–‘aún no lo se mi vida… aún no lo sé… ahora… necesito irme a la cama,… ahora estoy cansada, demasiado cansada,… no ha sido ni un si ni un no para acompañarte a Lyon,… lo otro ni lo pienses…’.


Francamente no esperaba esa conversación, ni sabía realmente qué la había motivado. Noté como mi madre se desagarraba sometida a un esfuerzo interior inmenso. En más de una vez, en aquella ocasión, viendo sus ojos, me apeteció estrecharla en mis brazos y darle unos grandes besos en sus labios.


Estaba en la raya, en la frontera. Podría decirme que si a todo, como podía echarme de casa por mi propio bien. Noté todo eso. Y me hizo sentirme mezquino por la treta del falso amante. Y me hizo sentirme mezquino por andar tras otras mujeres.


Quedé tumbado en el sillón y me dormí por el esfuerzo de la conversación. A medianoche me desperté, y me encaminé a mi habitación. Al pasar por la habitación de mi madre, la puerta estaba cerrada. Quería verla dormir desde el quicio de la puerta como otras veces, intenté abrir la puerta, ¡pero no pude!. Mi madre había cerrado la puerta con pestillo. ¿Qué rayos significaba eso?.


Malhumorado y desconcertado, sin fuerzas para pensar, terminé por entrar en mi cuarto. Me desnudé, me metí en la cama y me quedé profundamente dormido.


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